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Como en otros años la marcha de los colectivos feministas dejaron daños en edificios públicos y privados, el ver vidrios y pintas es algo común, sin embargo, pese a lo que la gobernadora del estado, Maru Campos señaló días antes de que se permitiría la libre protesta, tal parece que sus empleados no tenían esa orden.
“Lamentablemente un grupo pequeño de personas incluidos hombres ajenos a nuestra comunidad aprovechó la causa para manifestarse de forma violenta, sus actos escalaron hasta provocar incendios y poner en riesgo la vida de mujeres chihuahuenses y menores que también se manifestaban. Entonces y solo entonces fue necesaria la intervención de la autoridad para salvaguardar la seguridad de todos”, dijo Maru Campos.
“En cuanto a las pintas, daños y afectaciones a los edificios públicos; lo he dicho antes: ningún edificio, ningún monumento vale más que la vida de las mujeres; pero reprobamos los excesos que presenciamos ayer, posiblemente generados por personas infiltradas, que pusieron en riesgo a las quienes marcharon de manera pacífica”, afirmó Maro Bonilla.
Pues pese a que tanto Maru Campos como el alcalde Marco Bonilla afirman que hubo infiltrados dentro de las manifestantes que provocaron que la marcha se hiciera violenta, se les olvido decir que desde adentro empleados del Gobierno del Estado rociaron de gas lacrimógeno y asesaban a las manifestantes.
En fotografías y videos en redes sociales, los dichos de la gobernadora carecen de veracidad pues se puede observar que efectivamente desde adentro dos hombres gasearon y provocaron al contingente y desembocó en la quema del Palacio de Gobierno.
