Todos los anticonceptivos hormonales conllevan un riesgo ligeramente mayor de cáncer de mama, incluidos los que contienen sólo progestágeno, cada vez más utilizados, según un estudio publicado ayer.
Los investigadores que llevaron a cabo el estudio insistieron en que el mayor riesgo de cáncer de mama debe sopesarse frente a los beneficios de los anticonceptivos hormonales, incluida la protección que brindan contra otras formas oncológicas femeninas.
El aumento del riesgo de cáncer de mama ya era bien conocido para los métodos anticonceptivos que combinan progestágeno y estrógeno.
Sin embargo, aunque el uso de anticonceptivos que contienen sólo progestágeno ha ido en aumento desde hace más de una década, hasta ahora pocas investigaciones se centraron en su efecto específico en el riesgo de cáncer de mama.
El nuevo estudio, publicado en la revista PLOS Medicine, encontró que el riesgo de que una mujer desarrollara ese tipo de cáncer era alrededor del mismo para los anticonceptivos hormonales que tenían estrógeno y progestágeno que para los que sólo tenían el segundo.
De acuerdo con esta investigación, las mujeres que usan anticonceptivos hormonales tienen un riesgo aumentado alrededor de 20 a 30 por ciento de desarrollar cáncer de mama, independientemente del modo en que los utilizan (píldora, DIU, implante o inyección), o la fórmula utilizada (estrógeno-progestágeno o este último solo).
Los hallazgos son similares a los publicados antes, incluso en un vasto estudio de 1996.
Teniendo en cuenta que la probabilidad de cáncer de mama aumenta con la edad, los autores del estudio calcularon cuánto exceso de riesgo absoluto está asociado a los anticonceptivos hormonales.
Para las mujeres que los tomaron durante un lustro entre los 16 y los 20 años, representó ocho casos de cáncer de mama por cada 100 mil; entre 35 y 39 años fue de 265 por cada 100 mil, señalaron.
En conferencia de prensa, Gillian Reeves, profesora de la Universidad de Oxford y coautora del estudio, sostuvo que “de lo que estamos hablando aquí es de un aumento muy pequeño en el riesgo absoluto”.
Agregó: “Estos incrementos, por supuesto, deben verse en el contexto de lo que sabemos sobre los muchos beneficios de tomar anticonceptivos hormonales.
“No sólo en términos de control de la natalidad, sino también porque sabemos que los anticonceptivos orales en realidad brindan una protección sustancial y a largo plazo contra otros cánceres femeninos, como el de ovario y el de endometrio”, sostuvo.
El estudio también confirmó, como otros, que el riesgo de cáncer de mama disminuye en los años posteriores a que una mujer deja de usar ese tipo de anticonceptivos.
Stephen Duffy, profesor de la Universidad Queen Mary de Londres que no participó en el estudio, describió los hallazgos como “tranquilizadores porque el efecto es modesto”.
El estudio involucró datos de casi 10 mil mujeres menores de 50 años que desarrollaron cáncer de mama entre 1996 y 2017 en el Reino Unido, donde el uso de anticonceptivos que sólo contienen progestágeno está tan extendido como el método combinado.