Un nuevo tratamiento experimental contra COVID-19 protegió efectivamente a médicos de primera línea, y está siendo probado en pacientes hospitalizados.
Después de varios meses de esfuerzos de investigación, un equipo de científicos y médicos mexicanos consiguió desarrollar un tratamiento experimental sólido para prevenir COVID-19. Basado en un mecanismo natural de protección que tiene el cuerpo humano, demostró tener un 90 % de efectividad para proteger a médicos de primera línea en hospitales mexicanos, que atendieron directamente a pacientes positivos. Así funciona.
La doctora en ciencias Brenda Paz Michel lideró este estudio, de la mano con el Hospital General en la Ciudad de México. Como directora de investigación de Esteripharma, está segura de que las Soluciones Electrolizadas de Superoxidación (SES) con pH neutro son una barrera efectiva contra COVID-19. Trabajó con el Dr. Iván Delgado, especializado en infecciones virales, para desarrollar un tratamiento profiláctico que protegiera más a otros médicos que trataron directamente a pacientes positivos en México.
Con este fin, se realizaron dos estudios. Para el primero, se protegió a médicos de primera línea que atendieron casos activos de COVID-19 en hospitales especializados de la capital, en colaboración con otras instituciones alrededor del país. A los voluntarios se les administró localmente —tanto en la nariz como en la garganta— dosis de soluciones salinas activadas:
“En ese sitio, [la solución] inactiva al virus”, explica la Dra. Paz. “Desnaturaliza las proteínas que activan a las células huésped. De esta manera, el COVID-19 es incapaz de reconocerse con ellas, y no puede infectar más”.
El estudio consideró la etapa de profilaxis, en la que las personas pueden prevenir un contagio de coronavirus. Entre los voluntarios participantes, resultó tener un 90 % de efectividad para mantenerse sanos. Incluso si se aplica a nivel local, como sucedió en este caso, el mecanismo fue lo suficientemente sólido.
Como este tratamiento experimenta resultó tan efectivo entre especialistas de la salud de primera línea, los expertos de Esteripharma están seguros de que también será efectivo para pacientes que buscan recuperarse de la enfermedad. Un segundo estudio considera cómo será la respuesta inmune que las SES activarán a nivel sistémico. Inoculado de manera intravenosa, está siendo probado en pacientes hospitalizados que esperan recuperarse de la infección. Así lo explica el Dr. Delgado:
“El COVID-19 provoca una inflamación intensa en el sistema inmune, que se vuelve en contra de la salud. De esta forma, afecta a muchos órganos, especialmente los pulmones”, detalla el experto. “Esta sustancia, al aplicarse de manera sistémica en el cuerpo, ayuda a regular y a disminuir la inflamación, y a estimular a los linfocitos que protegen al organismo”.
A partir de los resultados del primer esfuerzo de investigación, el equipo liderado por Paz y Delgado asegura que este tratamiento experimental no sólo protege efectivamente a las personas contra COVID-19. Por el contrario, también es capaz de reconstruir tejidos dañados por la enfermedad, especialmente en el sistema respiratorio.
Más aún, explican los investigadores, esta terapia experimental es capaz de evitar algunas secuelas que la enfermedad ha demostrado tener en pacientes de gravedad. Esto es así porque el cuerpo ya produce especies activas de cloro y oxígeno, por lo que el tratamiento solamente lo estimula de una manera más intensa.
Los científicos liderados por Paz y Delgado observaron que este nuevo tratamiento experimental reduce en entre 80 y 90 % la posibilidad de hospitalización y muerte por COVID-19. Esto es así porque inactiva al virus antes de que entre a las células del cuerpo. Hasta ahora, hay dos vías de administración:
Por nebulizaciones: los pacientes inhalan el fármaco con ayuda de una mascarilla. Esta alternativa está destinada a pacientes infectados.
Con un spay nasal o gárgaras: las personas que quieren tener una barrera más sólida contra el virus pueden hacerlo, incluso si no están enfermos.
En ambos casos, el tratamiento experimental ha demostrado ser efectivo para reparar úlceras y otros estragos que la enfermedad dejó en el cuerpo. A pesar del éxito del estudio, la Dra. Paz es enfático en decir que esta solución no es un sustituto a las vacunas, y que este tratamiento debería de ser asesorado por un profesional de la salud especializado:
“Este producto no va a sustituir las medidas de protección personal y tratamientos tradicionales. Por el contrario, es una herramienta poderosa que los refuerza”, explica la experta.
Por el momento, estos fármacos no están disponibles en el mercado. Sin embargo, las alternativas de profilaxis podrán comprarse muy pronto en cualquier farmacia. La terapia intravenosa, sin embargo, será aplicada en hospitales especializados, para tratar a pacientes que buscan recuperarse de COVID-19. Aún así, ambos científicos enfatizan la necesidad de seguir observando las medidas de sanidad protocolarias establecidas a nivel global: “Todos sabemos qué tenemos que hacer“, concluye Paz.