A pesar de que la política de tolerancia 0 al COVID-19 en China sigue en vigor, un nuevo brote azota a 11 provincias en el país.
Las nuevas oleadas de frío con el cambio de estación no trajeron buenas noticias para China. Por el contrario, a raíz de un nuevo brote de COVID-19, el país se vio forzado a confinar a una ciudad entera, con 4 millones de habitantes A manera de una medida preventiva, 11 provincias han tenido que acatar esta nueva disposición: a toda costa, el país necesita contener esta nueva propagación del virus, antes de que llegue el invierno.
Después de que Comisión Nacional de Sanidad del país asiático notificó 6 nuevos casos, las medidas de sanidad se volvieron mucho más estrictas en la ciudad de Lanzhou, de la provincia de Gansu. Según la cobertura de Deutsche Welle, “ahora 51 casos activos en Gansu, 39 de ellos en Lanzhou, a raíz del último rebrote detectado en China a mediados de octubre”.
Para ello, se instó enérgicamente a la población local a no salir de casa. A menos de que se tenga una emergencia médica, la población debe de guardar confinamiento hasta nuevo aviso. Aunque está permitido salir a comprar suministros esenciales, los servicios de transporte público y de taxis están detenidos, así como 70 tres al interior y exterior de la ciudad.
“La situación de control y prevención epidémicos en Lanzhou es grave y compleja“, enfatizó el Gobierno en un comunicado. Por ello, la decisión estatal se tomó para evitar que el rebrote se siga expandiendo por más provincias. Además de las medidas básicas de higiene, quienes salgan de casa deberán de contar con un código QR en verde, que garantice que no han tenido contacto con algún paciente positivo.
A pesar de que se han 2 mil 250 millones de dosis de vacunación a la población hasta ahora, la política de tolerancia 0 al COVID-19 en el país sigue en vigor. Para evitar más contagios, este tipo de medidas extremas se han aplicado antes. Por ello, la ciudad entera de Lanzhou en China está reaccionado así al nuevo brote.