JOSE LUIS FERNANDEZ
La vapuleada que los chihuahuenses le están dando al Gobernador Javier Corral por su errático manejo de las circunstancias propias de la pandemia es apenas equiparable a la propinada a Mariana “La Barbie” Juárez en su más reciente salida a los cuadriláteros.
La desatinadas medidas ordenadas, que no consensadas, por el titular del Poder Ejecutivo, representaron contrarias no sólo a la lógica, sino lesivas para la economía de infinidad de familias que vieron, como de la noche a la mañana sus ingresos acabaron de tajo, por decreto.
Igual que la boxeadora derrotada que exigía revisaran los guantes de su rival sin aceptar su derrota, Javier Corral, cegado por la soberbia, o quizá por los malos consejos que le ofrecen, no se explica el porqué está siendo golpeado por todos los sectores de la población y tampoco es capaz de entender que no es culpa de quienes lo atacan sino producto de sus propios errores y omisiones.
Sin duda, lejos de los propósitos pensados por quienes oficializaron las restricciones en la movilidad de los chihuahuenses, resultaron contraproducentes los cierres y la reducción en los horarios de atención de los negocios abiertos; las filas y las aglomeraciones fueron una peligrosa constante.
Finalmente si como la pugilista mexicana vencida a toda ley en el cuadro de 6×6, el Gobernador pide una explicación sobre su derrota, la máxima autoridad del pueblo le dirá y está diciendo que ya perdió, que no hay más culpables, es imposible que pueda cargársela a circunstancias que sólo existen en su imaginación.
Con el paso del tiempo y tras una rigurosa revisión, pero sobre todo luego de una profunda introspección se dará cuenta que la capacidad y la preparación en su ámbito de acción son fundamentales para la toma de decisiones y que no era aventarse al combate sin la asesoría de un buen manejador.
¡Ya pidió esquina!