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El oso de siete meses rescatado en el municipio de Santiago, Nuevo León, cuando escapaba arrastrando sus patas traseras debido a que, según una versión en redes sociales, el animal tenía una herida de bala, se encuentra delicado de salud.
De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el oso negro (Ursus americanus), presenta una lesión medular realizada presuntamente con un arma de fuego, por lo que evalúan si puede ser candidato a una cirugía.
La Profepa dio a conocer este viernes, a través de su cuenta de Twitter, que se le hizo un examen físico general osezno, también otros estudios como; Rayos x, toma de muestras de sangre y heces.
También se le detectó un cuerpo extraño en el tórax, lo que explica por qué el animal arrastra sus patas traseras al trasladarse.
“Para tener un panorama más claro de la lesión y la posibilidad de una intervención quirúrgica, los médicos veterinarios han sugerido realizar más estudios y mantienen el diagnóstico de salud del ejemplar como reservado, así como la gravedad y reversibilidad del daño”, señaló la Profepa.
Hasta el momento no existe una pista clara acerca de quién pudo haber sido el responsable de esta agresión contra el oso, especie protegida bajo la NOM 059-Semarnat-2010 que se encuentra en peligro de extinción.
A través de un comunicado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), informó que ya interpusieron una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR), en contra de quien o quienes resulten responsables de la comisión de delitos ambientales.
Además, indicó que acuerdo al Código Penal Federal, estos delitos de maltrato animal se castigan con una multa de hasta siete millones de pesos y una pena de nueve años de cárcel.
