El chat de empleados municipales -en el que participan desde altos mandos de la administración de Cruz Pérez Cuéllar y Martín Chaparro hasta los últimos eslabones de la cadena- ha sido tomado de arena por los resentidos morenistas que por algo no han crecido en las estructuras del poder dominante en la frontera.
Tenemos capturas de pantalla de algunas conversaciones muy subidas de todo, que nos mandan quienes creen que ya es hora de darle una limpiadita al grupo de WhatsApp dado que cuenta también con exempleados acusados de acoso y traición, quienes son los que tratan de sembrar la división y la discordia entre el resto.
Uno de los mayores resentidos es José Luis del Real Limón, cuyo bandazo, por ser corrido de la Coordinación de Transparencia, lo ha llevado incluso a promover perfiles políticos de la derecha como a Marisela Terrazas o al exgobernador Francisco Barrio.
Es al que apodan “El Gibrán de Juárez”, por Gibrán Ramírez, el polémico “analista” al que el PRIAN recurre mucho en redes, porque era férreo defensor de la 4T hasta que lo dejaron sin hueso y se volvió en su más crítico.
En una de las discusiones hacia el fin de semana, el susodicho exfuncionario al que le taparon varios escándalos internos, comenzó a lanzar acusaciones por la forma en que Pérez Cuéllar, hoy candidato a su reelección, tenía control de los regidores de su partido.
Trató de diferenciar la gestión del ahora abanderado con las pocas semanas de su suplente, Martín Chaparro, pero hasta tuvo el atrevimiento de agregar al grupo al delegado nacional de Morena, Carlos Castillo, para cuestionarle sobre sus quejas que supuestamente ha formalizado ante el partido, aunque en realidad no pasa de presentar reclamos sin pies ni cabeza en redes y chats.
“Como te lo he comentado, yo no tengo facultades de remover candidaturas resueltas por la comisión nacional de elecciones, si tienes alguna queja, observación (…) te sugiero dirijas tu queja a la comisión de honestidad del partido”, zanjó en algún momento Castillo la conversación, para luego abandonar el grupo.
Pero Del Real siguió intenso hasta una intervención también intensa del regidor Antonio Domínguez Alderete, al que amenazó con dar a conocer supuesta información delicada con la que se quedó cuando estuvo como funcionario en Transparencia.
“Deja de amenazarme… Me la pelas…”, fueron, entre otras, las expresiones del edil, con las que también trató de callar al agresivo exfuncionario.