Una investigación exhaustiva llevada a cabo por académicos y estudiantes de las Escuelas Nacionales de Ciencias Biológicas y de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha revelado preocupantes efectos del estrés y daños en el esperma de ratones expuestos a campos electromagnéticos durante un período prolongado de cinco años.
El estudio, que aún está pendiente de publicación, ha despertado inquietudes sobre los posibles riesgos para la salud humana derivados de la exposición a dispositivos electrónicos cotidianos.
Durante el estudio, más de 300 ratones fueron expuestos a campos electromagnéticos de intensidades comparables a las emitidas por dispositivos como los teléfonos celulares de segunda generación y los módems WiFi. Los resultados preliminares han revelado una serie de efectos biológicos adversos en los ratones expuestos, incluyendo estrés oxidativo, daño testicular, y efectos neuropsiquiátricos, entre otros.
El Dr. Roberto Linares y Miranda, uno de los líderes de la investigación y doctor en Ciencias en Ingeniería Eléctrica, ha destacado la significancia de estos hallazgos, señalando que la exposición a campos electromagnéticos, omnipresentes en la vida moderna, puede tener un impacto sustancial en los organismos vivos.
A pesar de que la contaminación electromagnética es invisible y, a menudo, imperceptible, el estudio subraya la necesidad de una mayor comprensión de sus posibles impactos a largo plazo en la salud humana. Se destaca que, si bien los efectos no son inmediatos, la acumulación de exposición a lo largo de varias generaciones podría tener consecuencias significativas.
El informe también hace hincapié en la importancia de distinguir entre las dos categorías principales de radiación electromagnética: las energías ionizantes y no ionizantes. Aunque dispositivos como los teléfonos celulares y los microondas operan dentro del espectro de las energías no ionizantes, su impacto en la salud aún no está completamente comprendido.
El Dr. Leandro Brito Barrera, experto en el campo, advierte que la exposición prolongada a la contaminación electromagnética puede variar en sus efectos, dependiendo de factores biológicos y de adaptación individual. Además, enfatiza que la exposición simultánea a múltiples fuentes de radiación no equivale simplemente a una suma lineal de riesgos, sino que implica interacciones complejas que requieren una mayor investigación.
En un mundo donde la tecnología inalámbrica es omnipresente, este estudio plantea importantes interrogantes sobre cómo equilibrar los avances tecnológicos con la protección de la salud pública. A medida que la sociedad avanza hacia un futuro cada vez más interconectado, la necesidad de una investigación continua y una regulación adecuada se vuelve cada vez más apremiante.