Una tarjeta de crédito es una herramienta que permite a una persona acceder a a un préstamo que les es otorgado por una institución financiera. Sin embargo, este monto lo tienen que regresar en tiempo determinado, de lo contrario, el usuario corre el riesgo de generar intereses y así, escalar su deuda.
Al tener un instrumento de esta naturaleza, su portador adquiere varias responsabilidades, aunque también obtiene muchos beneficios (dependiendo del banco con el que haya realizado la apertura de su servicio y de las características del contrato que firmó).
Entre las principales virtudes de tener una tarjeta de crédito propia se encuentran:
- De acuerdo con el límite crediticio, sus usuarios pueden tomar dinero en cualquier momento que pase una emergencia
- Generan un buen historial crediticio, así es como posteriormente los cuentahabientes podrán obtener hipotecas o préstamos para acceder a un auto
- Muchas tarjetas de crédito ofrecen recompensas por utilizarlas. Por ejemplo, meses sin intereses, devolución de dinero, millas aéreas y otras cosas más
¿Con qué fin se utilizará la tarjeta de crédito? Esa es la primera pregunta que cualquier persona se tiene que responder antes de comenzar a utilizar este tipo de plástico.
Además, debe de comprender tu situación financiera. Calcular sus ingresos, gastos mensuales y deudas existentes. Esto ayudará a determinar cuánto puede permitirse gastar y pagar.
Por esto, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), publicó las comisiones, o costos adicionales, que traen consigo distintas tarjetas de crédito.