Alexei Navalny, el más conocido líder opositor de Rusia, falleció el viernes tras sufrir un colapso y perder el conocimiento en la colonia penal del Círculo Polar Ártico donde cumplía una larga condena, informó el servicio penitenciario ruso.
Navalny, de 47 años, saltó a la fama hace más de una década por ridiculizar al presidente Vladimir Putin y a la élite rusa, a los que acusaba de corrupción, avaricia y opulencia.
El Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamalo-Nenets dijo en un comunicado que Navalny “se sentía mal” después de un paseo por la colonia penal IK-3 en Kharp, a unos 1.900 kilómetros al noreste de Moscú.
“Se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación necesarias, que no dieron resultados positivos. Los médicos de la ambulancia constataron la muerte del preso”, dijo el servicio penitenciario, que agregó que se están estableciendo las causas de la muerte.
Putin fue informado de la muerte de Navalny, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. Putin, que se presenta a la reelección dentro de un mes, apareció en televisión visitando una fábrica en los Urales.
Los partidarios de Navalny dijeron que no podían confirmar que esté muerto, pero que si lo estaba creían que había sido asesinado.
“Las autoridades rusas publican una confesión de que mataron a Alexei Navalny en prisión”, escribió en las redes sociales Leonid Volkov, colaborador de Navalny. “No tenemos forma de confirmarlo ni de demostrar que no es cierto”.
Rápidamente llovieron las condenas de los gobiernos occidentales.
“Terribles noticias sobre Alexei Navalny (…) Si el informe sobre su muerte en una prisión rusa es cierto, representa otro terrible crimen del régimen de Putin”, dijo en X el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Tobias Billstrom.
“La crueldad contra Navalny demuestra una vez más por qué es necesario seguir luchando contra el autoritarismo”.
MUERTE EN PRISIÓN
El abogado de Navalny se dirigía a la prisión “Lobo Polar” de Kharp, donde murió Navalny.
El director de un periódico ruso y premio Nobel de la Paz, Dmitry Muratov, dijo el viernes a Reuters que la muerte de Navalny fue un “asesinato”, y dijo que creía que el duro trato había provocado su fallecimiento.
“Creo sinceramente que fueron las condiciones de detención las que llevaron a la muerte de Navalny (…). Su sentencia fue complementada con asesinato”, sostuvo Muratov.
Navalny se ganó la admiración de la dispersa oposición rusa por regresar voluntariamente a Rusia en 2021 desde Alemania, donde había sido tratado por lo que las pruebas de laboratorio occidentales demostraron que fue un intento de envenenarle.
Navalny dijo entonces que había sido envenenado en Siberia en agosto de 2020. El Kremlin negó haber intentado matarlo y dijo que no había evidencia de envenenamiento.
En una entrevista en Moscú en 2011, Reuters preguntó a Navalny si tenía miedo de desafiar al sistema de Putin: “Esa es la diferencia entre usted y yo: usted tiene miedo y yo no (…) Me doy cuenta de que hay peligro, pero ¿por qué debería tener miedo?”.