Una caravana de cientos de migrantes partió este domingo de Tapachula, Chiapas, rumbo a la frontera sur de Estados Unidos. La caravana más pequeña planea unirse a otra más grande que partió hace seis días y actualmente se encuentra detenida en el pueblo de Huixtla.
Los organizadores dijeron que el primer grupo había aumentado a unas 7,000 personas, mientras que el gobierno del estado de Chiapas dijo que estimaba el grupo en 3,500 personas.
Muchos migrantes huyen de la pobreza y la inestabilidad política en sus países de origen como Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití y especialmente Honduras y Venezuela. ‘Es demasiado tiempo que nos pongan a esperar tres o cuatro meses por la visa humanitaria, para poder viajar por territorio mexicano’, dijo Selma Álvarez, una migrante de Venezuela.
‘Estamos a merced de los coyotes, de los delicuentes. Nos acompañamos todos cuando vamos en la caravana. Cuando uno es migrante nada es seguro’, agregó. Álvarez dijo que el grupo estaba impaciente por llegar a la frontera de Estados Unidos e iniciar el proceso para ingresar al país con citas aseguradas a través de la aplicación del gobierno estadounidense, CBP One, y solicitar asilo.
El presidente estadounidense, Joe Biden, que busca la reelección el próximo año, está bajo presión para frenar el número de personas que cruzan ilegalmente a Estados Unidos desde México.
Durante el largo trayecto, los migrantes enfrentan graves peligros y suelen ser víctimas de accidentes de tránsito, violaciones, secuestros, entre otros delitos. Este año, un número récord de migrantes ha atravesado el Darién –la peligrosa selva que separa Panamá de Colombia– con la intención de llegar a Estados Unidos.