Los problemas con el alcalde de Valle de Allende, Jesús Soto, continúan. Recordará usted que por allá en mayo de 2022, el alcalde intentó vender un balneario municipal en beneficio de nogaleros. Dicho balneario cuenta con dos pozos de agua, y en ese entonces, el alcalde afirmó que no existían rastros de agua en esos pozos. Sin embargo, ahora resulta que está haciendo uso de pipas municipales para extraer agua de esos mismos pozos y venderla a la población a 500 pesos la pipa.
Hagamos un poco de historia: Jesús Soto, alcalde de Valle de Allende por el Partido Revolucionario Institucional, intentó vender el balneario municipal por un poco más de 16 millones de pesos a una familia nogalera de la región. Esta propuesta fue presentada al Cabildo a principios de 2022.
El balneario “Los Chapoteaderos”, también conocido como Centro Recreativo “El Trébol”, sirve como punto de recreación para cientos de familias de la región. Por lo tanto, la privatización del mismo perjudica a los habitantes con menos recursos, quienes no tienen dinero para acceder a otros balnearios de la región que son privados y tienen costos elevados.
Tras darse a conocer las intenciones de venta por parte del alcalde Jesús Soto el pasado 23 de marzo de 2022, el Cabildo aprobó por unanimidad la no venta o cualquier tipo de negociación relacionada con el balneario.
Sin embargo, el 19 de abril, nuevamente el asunto se subió al Cabildo y, en esa ocasión, la votación fue de 7 votos a favor, uno en contra y una abstención, lo que autorizó al Municipio de Valle de Allende poner a la venta el balneario. Como resultado de la denuncia de esta decisión, el balneario fue incendiado dos días después.
Al día de hoy, el tema del balneario sigue siendo un intento de negocio para Jesús Soto, el alcalde que en un principio afirmó que los pozos dentro del balneario no tenían agua, pero ahora está lucrando con el agua extraída de los mismos, distribuyéndola a la comunidad mediante pipas municipales a 500 pesos la pipa.
Esta denuncia fue dada a conocer por las y los pobladores, quienes también destacan tener miedo de quedar incomunicados durante la temporada de lluvias debido a que uno de los habitantes hizo un convenio con el presidente municipal para derribar un puente y reconstruirlo, ya que dicho puente permitía filtraciones de agua a su terreno.
Este convenio se realizó entre el alcalde Jesús Soto y las personas que serían los compradores del balneario, quienes tienen una propiedad contigua al mismo. Sin embargo, destacan que el puente fue derribado y no ha sido reconstruido debido a que el alcalde no ha querido cumplir con el porcentaje que le corresponde para su creación.
Esta actitud por parte del alcalde, así como de la familia que pidió derribar el puente, ha sido tomada por los pobladores como una venganza por no haberse permitido la venta del balneario a esta familia.
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