La Opinión de Benjamín Carrera. . . Para cuando lea estas letras, la democracia como algunos la conocen habrá dado un paso atrás gracias a la mayoría blanquiazul y a unos cuantos vendidos más. Se habrá aprobado, aunque no con mi voto,, una reforma electoral exprés… así tan al vapor como se hacen las cosas en esta administración cuando se vulneran intereses de los más, buscando favorecer sólo a unos cuantos comparsas.
Muy seguramente habrá leído en varios medios de comunicación las falsas bondades de la reforma electoral… tantos beneficios que, mejor que la ciudadanía no los sepa, que sean el secreto mejor guardado. Eso sí, en aras de mantener la paridad, incluso se han atrevido a decir que, aunque no sea una obligación legal, sí es una obligación moral garantizar la paridad, por lo que se atreven a decir que, después de Maru, sigue un “gober-man”
Se dice mucho que esta reforma no tiene dedicatoria. Pero encontramos varias: en medio de lamentables declaraciones de actores políticos encontramos una dedicatoria, quizá la más sorprendente ya que a menos de la mitad de la administración de la primera mujer gobernadora del estado, de su “Adelita”, ya están hablando en público acerca de cómo se debe asegurar el cargo para un hombre después de los 150 hombres que han ocupado la gubernatura de Chihuahua desde su fundación… eso sí, todo sea por garantizar la “paridad”.
Si bien, lo anteriormente dicho sorprende por el atrevimiento -aún no plasmado en texto, pero sí en la memoria de los medios- lo que sí se atrevieron a reformar y plasmar en la Ley Electoral, tiene sobre todo además una cruel dedicatoria para la ciudadanía que busca participar activamente de los procesos no sólo electorales sino políticos. A pesar de que, cerca del 97% de la población no reconozca a quienes deben ser sus representantes más cercanos, sus regidores, se atreven a cambiar la manera en la que son designados, bajo esquemas que buscan sólo un beneficio inmediato que refleja el miedo a la voluntad popular.
Y por si eso no fuera ya demasiado, la mayoría se resiste a que la elección de regidurías sea de manera directa, tal como ya lo había solicitado la propia ciudadanía, bajo la urgente necesidad de un sistema de elección individual que fomente la cercanía y la responsabilidad de sus representantes. Si bien, esto se deja nuevamente como una tarea para la próxima legislatura -a pesar de la resistencia de algunos compañeros legisladores- debemos decir que, si su intención fuera atender esta exigencia ciudadana, no estarían tan apresurados en cambiar las reglas de este proceso electoral de manera tan urgente y sobre todo, oscura.
Más allá de lo anterior, la reforma exprés tiene más que una dedicatoria, un recordatorio de lo que ya se ha venido advirtiendo en entregas pasadas en este espacio: el de la de la doble moral, de quienes defendían a capa y espada al INE ante una amenaza inexistente, acusando al presidente de querer cambiar las reglas a su favor, son quienes hoy violan el proceso legislativo para, en menos de una semana y sin haber aceptado la propuesta de abrir este proceso a especialistas y a la propia ciudadanía, dejan reglas que les sean lo más favorables posibles.
Sin embargo, confiamos que, mientras algunas personas estemos seguras de que, es tiempo de las mujeres, que es tiempo de transformar, nos abriremos paso como ya lo hicimos ante una política bipartidista y polarizada. Aún a pesar de los intereses de unos cuantos representantes del más rancio elitismo político, confiamos en que la voluntad del pueblo es la que va e irá primero, demostrando que, para la verdadera democracia no hay más regla que el sentir de la ciudadanía.