La reforma a la Ley de Obra Pública y Servicios, que hará obligatoria la integración de tecnología en los procesos de construcción, podría ser aprobada en dos años, con el objetivo de fomentar la eficiencia, eficacia y transparencia en los proyectos de infraestructura.
De acuerdo con Carlos Jiménez, director de la Comisión Técnica de BIM Task Group, softwares como BIM (Modelado de Información de Construcción, por sus siglas en inglés) y Procore, permiten la planificación para el desarrollo de las obras, lo que reduce sobrecostos al evitar errores y posteriores modificaciones en las mismas.
“La productividad y la cooperación en las empresas constructoras aumenta, esto genera un ahorro de 5 a 15% en tiempo de obra y recursos, lo que se traduce en muchísimo dinero que al final pagamos los mexicanos”, comentó en entrevista para Econohábitat.
Además, la iniciativa busca garantizar la transparencia y el acceso a la información referente a la inversión que los organismos públicos hacen en desarrollo de infraestructura.
La organización BIM Task Group —confirmada por empresas, agremiaciones e instituciones académicas— busca promover la adopción del BIM e impulsar políticas públicas que contribuyan a exigir su uso en las obras de infraestructura.
Desde el 2020, en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el grupo trabaja en un anexo técnico de alcance nacional con especificaciones para la obtención de licitaciones de proyectos.
Jiménez informó que, actualmente, la Comisión de Gobierno de la organización está en etapa de reestructuración del artículo 10bis, que pretende modificar la Ley de Obra Pública y Servicios para presentarlo en el pleno de la Cámara de Diputados.
“Ya se había hecho en el pasado, pero el cambio incluía un par de temas que no eran inherentes al modelado tridimensional, por lo que se volverá a hacer el cabildeo. Visualizamos que, en no más de dos años, la reforma esté publicada en el Diario Oficial de la Federación”, afirmó el también director de Edificación Virtual, empresa de desarrollo de proyectos ejecutivos por medio de BIM.
La construcción se ha mantenido como uno de los sectores más rezagados en cuanto a la adopción de tecnología. Según Jiménez, el crecimiento de la productividad de la mano de obra en esta industria es de 1% anual a nivel global.
Este indicador se ha mantenido así por 20 años, mientras que otros segmentos, como el de manufactura, avanza 3.6% en promedio, gracias a la adopción de modelos de producción innovadores.
En el caso de la obra pública en México, las herramientas digitales aún no son obligatorias, como lo es en Chile, por ejemplo.
Sin embargo, el arquitecto remarcó que algunos proyectos del gobierno, incluidos los de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), entre otros, ya integran plataformas de gestión, sistemas de medición, digitalización de documentos, modelos tridimensionales, entre otros.
“En México, todavía existe una cultura de no “obligar” al sector a utilizar tecnología, pero hemos visto que poco a poco las empresas y las dependencias valoran más los beneficios que esto conlleva, aún sin un marco legal establecido”, dijo Jiménez.
Estados como Monterrey, agregó, cuentan con una alianza con Educación Virtual, con la que el gobierno impulsó la capacitación de 3,500 contratistas en el uso de plataformas digitales para la construcción.