Un grupo de soldados rusos se ha visto infectado con ántrax tras cavar nuevas trincheras en territorio ucraniano. Al parecer, los militares se sorprendieron al encontrarse con esta no grata sorpresa en las profundidades de un antiguo cementerio de ganado abandonado, situado al sur de Ucrania y acabando infectados rápidamente.
Tal y como se ha publicado en varios medios de comunicación, al menos dos soldados rusos han resultado infectados, por lo que fueron trasladados, rápidamente, a un centro hospitalario.
La noticia ha sido confirmada por el alcalde exiliado de Melitopol, Ivan Federov, quien a través de su canal de Telegram desvelaba que, aunque pudiera parecerlo, “esto no es un episodio de una película de terror”.
El hallazgo fue, a priori, totalmente fortuito y los soldados infectados ya se encuentran en un “lugar desconocido” recuperándose. Se dice que ambos hombres procedían de Rosvoisk.
Según el alcalde ucraniano exiliado, los soldados rusos afectados se encontrarían en cuarentena. En tono sarcástico, Federov añadía a través de sus redes sociales que “incluso el suelo de Ucrania” habría “ayudado” a expulsar a los rusos de su país.
“Creo que, ciertamente, no les espera un final muy feliz”, añadía el político ucraniano, haciendo hincapié en la dura realidad de toda guerra que sume a las tropas de ambas naciones en una pesadilla geopolítica.
Según ha informado el periodista de ‘The Telegraph’ Joe Barnes, la unidad rusa se encontraba en suelo ucraniano, en la zona de Zaporizhia, cavando (probablemente) nuevas trincheras de cara a una posible ofensiva de los hombres de Zelenski.
El ántrax es una sustancia que provoca una infección bacteriana grave y, por lo general, sólo se transmite a los humanos a través de animales previamente infectados.
Según lo publicado por Joe Barnes, el ántrax no es algo nuevo para los rusos ya que, en la mayor parte del siglo XX, esta sustancia se usó en algunas prácticas agrícolas convirtiendo su infección en una enfermedad endémica.
El ántrax rara vez se transmite de persona a persona. Los primeros síntomas llegan a través de úlceras en la piel y vómitos. En algunas ocasiones, puede ser mortal.
No es la primera vez que un grupo de soldados rusos acaba infectándose tras cavar nuevas trincheras. Tal y como publicaba ‘The Daily Beast’ hace un tiempo, en marzo de 2022 una unidad rusa construyó trincheras defensivas en la zona de Chernóbil sufriendo un “envenenamiento agudo por radiación”.
Los soldados rusos infectados, en esta ocasión, se encontraban en el conocido como ‘Bosque Rojo’ de Chernóbil, situado a unos diez kilómetros de la fatídica central nuclear de Chernóbil. Una zona extremadamente peligrosa y contaminada que les llevó directamente a ser tratados por alta radiación en la ciudad de Gómel, en Bielorrusia.
El periodista Joe Bartholomew, de ‘The Guardian’, añadía un caso más de rusos expuestos a altas dosis de radiación en Chernóbil.
La compañía energética estatal de Ucrania, Energoatom, explicó a ‘The Guardian’ que las tropas rusas habían cavado trincheras en la conocida como ‘Zona de Exclusión de Chernóbil’. Una mala decisión para sus hombres ya que se les exponía a altos niveles de radiación.
“Esta área se considera tan tóxica que incluso los trabajadores de Chernóbil, altamente especializados, no pueden acceder a la zona”, dijo The Daily Beast.
“No es de extrañar que los soldados involucrados recibieran dosis significativas de radiación y entraran en pánico ante los primeros síntomas de la enfermedad. Algo que, seguramente, se manifestara muy rápidamente”, escribió la empresa estatal de energía de Ucrania, Energoatom, en dicho medio.
La agencia informó que las tropas rusas se habían metido en “el área más contaminada de toda la zona de exclusión”, lo que explicaría por qué tantos soldados enfermaron tan rápido.