El pontífice emérito perteneció a las Juventudes Hitlerianas y fue incorporado a filas durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué se desprende de su actuación durante aquella etapa de su vida?
Los primeros años de Joseph Ratzinger, nacido el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, en el sureste de Alemania cerca de la frontera con Austria, estuvieron definidos por su país y los tiempos turbulentos, así como por su fe.
Adolf Hitler subió al poder durante los años de adolescencia de Ratzinger en Traunstein, en la región fuertemente católica de Baviera. Cuando tenía 14 años, los funcionarios escolares siguieron las órdenes de los funcionarios nazis e inscribieron a Ratzinger y al resto de su clase en el movimiento de las Juventudes Hitlerianas, en contra de su voluntad, escribió posteriormente el papa emérito en sus memorias.
Dejó la organización poco tiempo después, porque estaba estudiando para el sacerdocio. Pero en 1943, Ratzinger fue devuelto al redil nazi al ser reclutado por el ejército alemán.
Durante los siguientes dos años, Ratzinger sirvió a su país como parte de una unidad antiaérea. Pero en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, desertó y fue hecho prisionero por el ejército de EE.UU.
Según el analista sénior del Vaticano de CNN, John Allen, la familia de Ratzinger era fuertemente, aunque silenciosamente, antinazi y su padre tomó una serie de trabajos menos importantes para mantenerse alejado de lo que estaba sucediendo bajo Hitler.
En junio de 1945, Ratzinger fue liberado de un campo de prisioneros de guerra. Se subió a un camión de la leche y se dirigió a su casa.
Y la vida comenzó de nuevo.
El soldado se convirtió en erudito. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Munich y otra escuela en Freising entre 1946 y 1951. Dos años más tarde, obtuvo un doctorado en teología, luego de presentar una tesis titulada “El pueblo y la casa de Dios en La Doctrina de la Iglesia de San Agustín”.
Eventualmente, se convirtió en profesor, enseñando dogma y teología fundamental en cuatro universidades alemanas. En 1969, por ejemplo, fue nombrado vicepresidente y profesor de teología en la Universidad de Ratisbona en Alemania.
“Los libros eran sus mejores amigos”, dijo Allen.
En 1962, 11 años después de su ordenación como sacerdote, el entonces hombre de 35 años fue consultor durante el Vaticano II del cardenal Josef Frings, un reformador que fue arzobispo de Colonia, Alemania.
Como joven sacerdote, Ratzinger estaba en el lado progresista de los debates teológicos. Pero comenzó a cambiar justo después de las revoluciones estudiantiles de 1968, según Allen, también corresponsal del National Catholic Reporter.
De hecho, fue la defensa conservadora de Ratzinger de las doctrinas estrictas lo que lo definió a los ojos de muchas personas, hasta que se convirtió en papa en 2005.
En marzo de 1977 fue nombrado arzobispo de Munich y Freising y fue consagrado el 28 de mayo de ese mismo año.
El 27 de junio de 1977 fue nombrado cardenal por el papa Pablo VI.
Benedicto XVI fue el primer papa en dimitir desde Gregorio XII en 1415.
Se desempeñó como principal asesor teológico del papa Juan Pablo II.
Como decano del Colegio de Cardenales, era su deber llamar a los cardenales a Roma para el cónclave después de la muerte del papa Juan Pablo II.
Fue un consumado pianista con gran afición por Mozart.