A solo una semana para que el 2 de enero el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sesione para definir su nueva presidencia, una de las aspirantes al cargo, la ministra Yasmín Esquivel, enfrenta una acusación de plagio en su tesis de licenciatura que no solo se interpone en ese camino, sino que también le abre dos escenarios adversos: encarar demandas de juicio político o que crezca la presión de personas que la llamen a que renuncie al máximo tribunal por “causas graves”.
Las acusaciones contra Esquivel comenzaron el miércoles pasado, cuando el escritor Guillermo Sheridan publicó un artículo en el sitio Latinus en el que exhibe similitudes entre la tesis de Esquivel y un trabajo presentado un año antes por un alumno de la Facultad de Derecho. La FES Aragón de la UNAM —antes ENEP, donde Esquivel estudió— anunció que hará una revisión pormenorizada del caso, mientras la Dirección General de Bibliotecas de la misma UNAM informó el viernes por la noche que encontró “un alto nivel de coincidencias” entre los dos documentos.
Esquivel niega haber cometido plagio y el presidente Andrés Manuel López Obrador la respaldó el viernes por la mañana, cuando en su conferencia de prensa diaria minimizó la situación. Dijo que, aun si Esquivel se equivocó, fue “como estudiante”, y acusó que Sheridan y otros intelectuales han hecho más “daño” al país.
Mientras la ministra busca defenderse con cartas de sus profesores —como Martha Rodríguez Ortíz, su directora de tesis—, la Constitución contempla un mecanismo por el que se podría pedir una sanción en su contra.
De acuerdo con la Carta Magna, Esquivel o cualquier otro funcionario público pueden enfrentar un juicio político de comprobarse que en el ejercicio de sus funciones cometieron “actos u omisiones que redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho”. Esta posibilidad está establecida en el artículo 110, que como sanciones prevé destitución e inhabilitación para ejercer cargos públicos.
La solicitud de juicio político se hace ante el Congreso pero, de acuerdo con el abogado Luis Tapia, para que esta vía avanzara “primero tendría que pronunciarse la FES Aragón, es decir, la autoridad universitaria debería decidir que efectivamente existió un plagio y determinar una consecuencia y, a partir de ello, el Congreso podría pronunciarse”.
El también abogado Francisco Burgoa coincidió en que formalmente existe una vía para que se pida juicio político contra la ministra, aunque para ello primero debería confirmarse que cometió plagio.
“Número uno: tenemos que partir del hecho de que estamos ante una situación totalmente inédita en la historia de nuestro país. Yo no recuerdo que se haya presentado una situación así al más alto nivel de la impartición de justicia como es el caso de una ministra o un ministro de la Suprema Corte”, dijo en entrevista.
“Pero lo veo yo muy complicado, porque para que pudiera proceder el juicio político tendría que acreditarse formalmente que esta persona, Yasmín Esquivel, efectivamente incurrió en plagio”, añadió.
En caso de que hubiera una solicitud de juicio político, ambas cámaras tendrían que intervenir en el proceso y aprobarlo por mayoría. En un panorama así, es posible que alguna eventual sanción contra Esquivel se viera frenada por los legisladores de Morena, el partido del presidente López Obrador, quien impulsó la llegada a la Corte de la hoy ministra.
Otro escenario es que, ante las críticas y la presión social, la propia ministra presentara su renuncia. El artículo 98 de la Constitución señala que las renuncias de los ministros de la Corte “solamente procederán por causas graves”.
Tapia dijo al respecto que esta opción solo tomaría fuerza si la UNAM determina que en efecto existió un plagio, pues así Esquivel “ya no cumpliría, al menos, un requisito constitucional para ser ministra”.
El artículo 95, fracción III, de la Constitución señala que los ministros deben tener el título de licenciado en Derecho con una antigüedad mínima de 10 años al momento de ser nombrados.
El antecedente más próximo de la renuncia de un ministro ocurrió en octubre de 2019, cuando Eduardo Medina Mora presentó su renuncia al máximo tribunal. Aunque no dio a conocer los motivos, su dimisión se dio en medio de investigaciones penales por posibles irregularidades en el patrimonio de él y de su familia.
Burgoa consideró que el concepto de “causas graves” es muy amplio y subjetivo.
“Dado que es tan flexible el hablar de una ‘causa grave’, sin duda podría presentar su renuncia ella, lo cual no va a suceder, luego que quiera reconocer abiertamente que sí cometió el plagio”, dijo el abogado.
“La otra ‘causa grave’ que ella podría argumentar, que sería como que la salida más digna, que tampoco veo posible el escenario a menos que reciba una gran presión, es de que diga que si su persona va a estar perjudicando a la impartición de justicia en el más alto nivel como es la Suprema Corte, ella no va a afectar la credibilidad de la Corte y por lo tanto ella mejor se hace a un lado, sin reconocer que cometió un plagio”, expuso.
Tapia, en tanto, explicó que el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), el otro órgano de peso en el Poder Judicial, no puede actuar en este caso, dado que no tiene competencia para sancionar a las y los ministros.
Otros escenarios planteados para el futuro de la ministra, en caso de que se compruebe que cometió plagio, tienen que ver con la posibilidad de que la persona afectada, es decir, a quien se le plagió la tesis, presente una demanda por daño moral contra Esquivel, “escenario que sí podría existir, pero finalmente es por la vía civil, no por la vía penal”, dijo Burgoa.
Igualmente, si la UNAM declara la nulidad de la tesis y la revocación de su título universitario en la licenciatura de Derecho, esto daría pauta a que la SEP también le pudiera quitar su cédula profesional, requisito para ejercer su oficio.
“Aquí espero que la propia UNAM esté a las alturas para hacer una auténtica revisión con un criterio 100% técnico-académico y determine lo que a todos nos parece por demás evidente: que hay un plagio, no de párrafos como Enrique Peña Nieto, sino de una tesis prácticamente completa. Si la UNAM dice que no pasa nada, pues yo creo que ahí también ya va el juego de la credibilidad de la UNAM, su prestigio académico frente a una situación de esta naturaleza”, finalizó Burgoa.