La cápsula espacial Orión de la NASA regresó el domingo de la Luna, descendiendo en paracaídas en el Pacífico frente a las costas de México para concluir un vuelo de prueba que prepararía el terreno para los astronautas del próximo sobrevuelo lunar.
La cápsula alcanzó la atmósfera a una velocidad de Mach 32, lo que equivale a 32 veces la velocidad del sonido, y soportó temperaturas de reentrada de 2.760 grados Celsius (5.000 grados Fahrenheit) antes de amerizar al oeste de Baja California, cerca de la isla Guadalupe. Un buque de la Marina se desplazó rápidamente para recuperar la nave y a sus silenciosos ocupantes: tres maniquíes de prueba equipados con sensores de vibración y monitores de radiación.
La NASA calificó el descenso y el amerizaje como espectaculares y casi perfectos.
“Estoy sobrecogido”, dijo el Administrador de la NASA, Bill Nelson, desde el Control de Misión en Houston. “Es un día extraordinario. Es histórico porque ahora volvemos al espacio -al espacio profundo- con una nueva generación”.
La NASA necesitaba un amerizaje exitoso para seguir adelante con el próximo vuelo de Orión alrededor de la Luna, previsto para 2024. Cuatro astronautas realizarán el viaje. A este le seguirá un alunizaje para dos personas en 2025.
La última vez que los astronautas alunizaron fue el domingo de hace 50 años.
Tras posarse en el suelo el 11 de diciembre de 1972, Eugene Cernan y Harrison Schmitt, del Apolo 17, pasaron tres días explorando el valle de Taurus Littrow, la estancia más larga de la era Apolo. Fueron los últimos de los 12 caminantes lunares.
Orión fue la primera cápsula en visitar la Luna desde entonces, lanzada el 16 de noviembre desde el Centro Espacial Kennedy en el nuevo megacohete lunar de la NASA. Fue el primer vuelo del nuevo programa lunar Artemisa de la NASA, que lleva el nombre de la hermana gemela de Apolo, un personaje de la mitología.