El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el jueves un principio de acuerdo laboral en el sector ferroviario, lo que evita una huelga posiblemente devastadora antes de las cruciales elecciones de mitad de legislatura.
Representantes de las empresas ferroviarias y el sindicato habían negociado durante 20 horas en el Departamento de Trabajo el miércoles para lograr un acuerdo, ya que existía la posibilidad de que el viernes se iniciara una huelga que hubiera paralizado el trasporte del riel en todo el país.
A las 9 de la noche, Biden efectuó una llamada crucial al secretario de Trabajo, Marty Walsh, cuando continuaban las conversaciones y se había servido una cena italiana, dijo un funcionario de la Casa Blanca que habló bajo la condición de no ser identificado. El presidente pidió a los negociadores que tuvieran en cuenta los perjuicios a las familias, los agricultores y los negocios si se producía un paro.
El producto de las negociaciones fue un acuerdo tentativo que irá votación en los sindicatos después de un período de enfriamiento de varias semanas.
“Estos trabajadores ferroviarios tendrán mejores sueldos y condiciones de trabajo, así como tranquilidad de espíritu sobre los costos de su salud, todo ganado con duro esfuerzo”, dijo Biden. “El acuerdo también es una victoria para las empresas ferroviarias que podrán retener y contratar más trabajadores para una industria que seguirá siendo parte de la columna vertebral de la economía estadounidense durante décadas.
La amenaza de un paro colocaba a Biden en una situación políticamente difícil. El presidente demócrata es un gran partidario de los sindicatos, pero sabía que una huelga ferroviaria provocaría daños a la economía cuando se acercan las elecciones.
El miércoles voló a Detroit, un baluarte del movimiento sindical, para destacar las virtudes de la sindicalización, mientras miembros de su gobierno se desvelaban por mantener las conversaciones en Washington entre las empresas y los representantes obreros.
En su discurso, Biden reconoció que no habría llegado a la Casa Blanca sin el apoyo de sindicatos como el UAW (automotor) y el de los trabajadores de la electricidad.
Pero sin un acuerdo con los 12 sindicaros en Washington, Biden sabía que el viernes podría comenzar un paro que detendría el trasporte de alimentos y combustibles a un costo de 2.000 millones de dólares diarios.