Según un refrán popular, cada quien habla de la feria según le va; otros, ni se enteran. Igual pasa con la vida nacional.
Los últimos días nos han llovido acontecimientos como en feria.
El 10 de abril, por ejemplo, 16 millones y medio de mexicanos participaron en el proceso de revocación de mandato. Más de 15 millones dijeron que querían que Andrés Manuel López Obrador siguiera en el cargo de presidente de la república y poco más de un millón de personas opinó lo contrario.
El 17 de abril, 223 diputados defendieron a las empresas extranjeras productoras de electricidad contra los 275 diputados que votaron a favor de la propuesta del presidente, pero no alcanzaron las dos terceras partes.
Entre el 18 y el 21 de marzo, diputados y senadores votaron la ley para otorgar a la nación el dominio del litio.
En marzo del año pasado, 2021, los diputados habían promulgado una ley sobre electricidad, las empresas defraudadoras se ampararon y alrededor del 20 de abril de este año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió en contra de las empresas. Declaró válida la ley que estaba detenida por el amparo.
Todo este proceso de muchos meses en los que hubo reuniones de parlamento abierto, foros, mesas de trabajo y discusiones, en lugar de llegar a un acuerdo, mostró a dos grupos cada vez más contrarios: los que están en contra del presidente y defendieron a las empresas extranjeras y los que están a favor del gobierno y por que la electricidad y el litio sean de la nación para beneficio de los mexicanos.
Cada bando cuenta la historia a su modo. PAN, PRI, PRD Y MC dicen que por primera vez impidieron una reforma constitucional del presidente y que por eso le van ganando. Por su parte, el presidente y sus aliados dicen que esos partidos son traidores a la patria porque defienden a las empresas extranjeras.
Otro suceso importante de la región fue la muerte de 5, 7, 11 o más personas, según quien lo cuente, en el carril de carreras del Sauz, el 24 de abril.
Después de los acontecimientos platicamos con personas de la comunidad. Al principio todo era confusión, miedo y caos y poco a poco, después de más de dos horas en que cada quien dijo todo lo que quiso, sentimos que nos habíamos quitado un peso de encima.
Se manifestó que en todos los pueblos de la sección la gente quiere vivir en paz.
Esa paz con justicia que cuesta esfuerzo, trabajo honrado, austeridad, respeto a las diferencias y mucho sacrificio para salir adelante y para dar ejemplo a nuestros hijos para que salgan adelante honradamente.
Sin embargo, hay quienes promueven la diversión que se acompaña con el consumo de alcohol y otras sustancias y las autoridades actúan con disimulo.
Solamente uno de los caídos era vecino de los pueblos inmediatos, de la colonia División del Norte. Ninguna otra persona del Sauz ni de Colonia Nuevas Delicias fueron víctimas de las balas perdidas. Fue un problema entre gente extraña.
La gente de nuestras comunidades acude a esos eventos porque cree que son legales, ya que son públicos. Acude porque tiene confianza en las autoridades, de quienes esperamos que actúen con toda imparcialidad, que cumplan su responsabilidad y garanticen la sana convivencia para quienes defendemos la tranquilidad y la justicia que merece nuestro esfuerzo.
Escribamos, contemos, hablemos de la historia de todos sin que nadie la cuente según su conveniencia. Porque somos vecinos y queremos seguir en paz, porque la diferencia no es entre nosotros.
Que entre la gente y las autoridades prevalezca el respeto a los derechos humanos, que los ciudadanos puedan seguir haciendo en paz su vida honrada y que las autoridades cumplan su obligación de preservar la seguridad para todos sin corrupción y con un mayor compromiso con la comunidad.
Se entiende que cada quien hable de la feria según le va. Sobre lo ocurrido en El Sauz, lo que trasciende en los medios es que la gente no quiere hablar.