Paquimé ha sido un ejemplo mundial de conservación de arquitectura de tierra, donde, de manera permanente, se aplican aplanados de sacrificio y cubiertas parciales contra su deterioro, esto a través del Proyecto Arqueológico Paquimé, dirigido por el arqueólogo Eduardo Gamboa, esto con la finalidad de llevar a cabo su restauración y conservación del sitio ya que el medio ambiente y turismo son los principales factores de su degradación.
Inscrita desde 1998 en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco, la Zona Arqueológica de Paquimé destaca no sólo por su referente documental e histórico, sino por sus valores arquitectónicos y artísticos, es por ello que a través
Ya que por su naturaleza constructiva a base de tierra, factores del medio ambiente desértico como son el agua, la nieve y los fuertes vientos (además del turismo), vuelven a Paquimé más vulnerable al deterioro. Anualmente, su índice de degradación es bastante considerable, por lo que se ha tenido que recurrir a aplanados de sacrificio y cubiertas parciales en algunos de sus espacios, como la Casa de los Pilares y la Casa del Pozo.
Lo anterior debido a que ambas áreas comenzaron a presentar afectaciones en sus muros a causa de las lluvias, pero gracias al diagnóstico oportuno de los especialistas es que se han podido tener avances significativos; sin embargo, los proyectos de restauración no son sencillos ni pequeños, llevan tiempo. Por ejemplo, en la Casa de los Pilares se tiene un avance del 50 por ciento y en la Casa del Pozo, de un 60 por ciento.
“Son obras de largo aliento, son un buen ejemplo de la conservación de Paquimé pero son muy lentas”, apunta el arqueólogo Gamboa, quien explica que los trabajos de restauración y mapeo de la zona iniciaron con Charles Di Peso en los años 70 y continuaron con Eduardo Contreras, Roy Bernard Brown y ahora con él como titular.
Gamboa Carrera explica que para la conservación de los muros, de inicio se recubrieron de polímeros; años después, se optó por aplicar aplanados de sacrificio (enjarre del material original que mantiene al núcleo intacto); y actualmente, los trabajos se basan en la metodología de la restauración objetiva, que busca crear diagnósticos, determinar los estados de conservación de los sitios y los factores que inciden en su deterioro.
“El interés es mantener a Paquimé en la lista de la Unesco. Las cubiertas arquitectónicas son una cuestión que ya lleva muchos años en la mesa de los restauradores y que nos están permitiendo observar cómo era originalmente el sitio. Con esa metodología se convierte a Paquimé en uno de los mejores ejemplos de conservación de arquitectura de tierra en el mundo”, puntualizó.