23 noviembre, 2024

8 razones para vacunar a los niños contra COVID-19

Los casos de COVID-19 están bajando especialmente en las partes del mundo en donde hay acceso a las vacunas. Pero el coronavirus que lo causa llegó para quedarse, por lo que la inmunización seguirá siendo muy importante.

La historia ha demostrado que con la vacunación se pueden controlar epidemias, y hasta se puede erradicar enfermedades, la varicela, el sarampión y la polio por mencionar algunas. Esta herramienta sanitaria eficaz y económica ya está disponible contra COVID para los niños. Pero, en general, la tasa de vacunación todavía es baja. ¿Habrá que refrescarles la memoria a los padres? Estas son al menos 8 razones por las cuales no habría que dudar.

De los 28 millones de niños entre los 5 a 11 años elegibles para vacunarse en los Estados Unidos, 8 millones (28.1%) han recibido al menos una dosis de la vacuna contra COVID-19.

En Latinoamérica, la mayoría de los países están en medio de campañas de vacunación infantil. La mayoría está inmunizando a niños a partir de los 5 años, pero algunos, como Argentina, Chile y Colombia, lo hacen a partir de los 3. La población de la región es joven, 23% de menos de 14 años y 20% entre los 15 y 29 años, por lo que vacunar a los jóvenes es tan importante como vacunar a los adultos mayores para frenar la transmisión.

Aunque la aprobación de la vacunación contra COVID-19 ha sido alta para los adultos y adolescentes, los padres dudan a la hora de vacunar a los más chiquitos. Una lógica compleja de entender considerando que décadas de vacunación obligatoria para comenzar la vida escolar ha demostrado ser eficaz para proteger de brotes de infecciones, algunas de ellas graves.

La American Medical Association, junto con otras fuentes e instituciones médicas, indican algunas de las razones por las cuales no debería dudarse de vacunar a los niños contra COVID-19:

  1. Hay casos infantiles. Aunque se sabe que la transmisión del coronavirus entre los niños es baja comparada con la de los adultos, esto no quiere decir que estén libres del virus. Desde el comienzo de la pandemia y hasta el 14 de febrero de 2022, 12.5 millones de niños han dado positivo en la prueba de COVID en los Estados Unidos, con una escalada de casos en 2022.
  2. Los niños pueden padecer casos de COVID de largo plazo. Estos pueden tener consecuencias médicas que pueden perdurar por mucho tiempo.
  3. Los menores pueden ser fuente de contagio. Si bien la mayoría de los casos de COVID-19 en niños son leves, los pequeños infectados pueden propagar el virus incluso si no tienen síntomas. Esto es particularmente preocupante en viviendas multigeneracionales, en donde es probable que se conviva con adultos mayores que tienen un riesgo mayor de padecer una forma grave de COVID.
  4. Más vacunados, más inmunidad colectiva. Esta inmunidad se genera cuando una comunidad tiene un porcentaje alto de personas vacunadas, previniendo que aumenten los casos.
  5. Limitar la transmisión. Si toda una comunidad está vacunada, se le vuelve más díficil al virus encontrar nuevos “huéspedes” a quienes infectar. Esto lo debilita.
  6. Prevenir la aparición de variantes. Si más personas están vacunadas, no solo se limita la transmisión del virus, sino la posibilidad de que mute y aparezcan nuevas variantes.
  7. Proteger a los más débiles. Hay niños y adultos que por razones médicas no pueden vacunarse. Si la comunidad en la que viven, la escuela a la que asisten, tiene una alta tasa de vacunación, estarán más protegidos porque el virus circulará menos.
  8. Dosis de refuerzo. Los niños vacunados que se acercan a los 12 años podrán tener su vacuna de refuerzo y eventualmente las adicionales. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) también recomiendan que los niños de 5 a 11 años que tienen sistemas inmunitarios moderada o severamente comprometidos reciban una dosis adicional de la vacuna Pfizer-BioNTech 28 días después de completar su serie de dos dosis de Pfizer-BioNTech.

Vacuna: esencial a toda edad
La vacunación sigue siendo la menor manera de “acorralar” al virus para que no siga infectando. Cuánto más gente vacunada hay, más posibilidades hay de que se forme una “inmunidad colectiva” o “de rebaño”, una suerte de barrera de sistemas inmunes humanos que va debilitando al virus.

Las siguientes son 12 poderosas respuestas a las dudas sobre la vacunación contra COVID, recopiladas de fuentes científicas confiables, que explican por qué vacunarse en cuanto sea posible es esencial. Y seguro.

  1. ¿Qué beneficio tiene vacunarse contra COVID?
    Las vacunas disponibles contra COVID protegen hasta un 95% de contraer el coronavirus y desarrollar COVID-19.

La información existente hasta el momento, producto de las investigaciones científicas, muestran que si la persona se vacuna y de todas formas se infecta, la vacuna la protegerá de desarrollar una forma grave de la enfermedad, y de tener que ser internada..

  1. ¿Cómo actúa la vacuna contra COVID en el organismo?
    El objetivo de la vacuna es enseñarle al sistema inmune a reconocer y combatir el virus que causa COVID-19.

La vacuna contiene sustancias que actúan neutralizando la acción de una proteína que ayuda al coronavirus a infectar el cuerpo humano. Además, al inmunizarse, el cuerpo se queda con un suministro de linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir a ese virus en el futuro.

  1. Las vacunas para COVID, ¿contienen el virus vivo que causa la enfermedad? ¿Pueden darme COVID?
    Ninguna de las vacunas, tanto las que ya se están aplicando como las que todavía están en experimentación, contienen formas vivas del coronavirus. Y tampoco pueden infectar con el coronavirus.
  2. ¿Las vacunas contra COVID son todas iguales? Si quiero vacunarme, ¿cómo elegir cuál usar?
    Actualmente, hay tres tipos principales de vacunas contra COVID-19. Son las siguientes:

Vacunas de ARNm. Estas vacunas contienen material del virus que causa COVID-19. Este material “enseña” a las células cómo producir una proteína inofensiva que es exclusiva del virus. Una vez que las células hacen copias de la proteína, destruyen el material genético de la vacuna.

Si se entra en contacto con el virus, el organismo reconocerá que la proteína no debería estar allí y producirá linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir al virus que causa COVID-19. Es decir, evitarán la infección

Vacunas con subunidades de proteínas. Estas vacunas contienen partes inofensivas (proteínas) del virus que causa COVID-19, pero no contienen todo el germen.

Al vacunarse, el sistema inmunológico de una persona reconoce que las proteínas no pertenecen al cuerpo y comienza a producir linfocitos T y anticuerpos. Si en el futuro la persona se infecta, las células, que memorizaron esta proteína, la reconocerán y lucharán contra el virus.

Vacunas vectoriales. Estas vacunas contienen una versión debilitada de un virus vivo, diferente al que causa COVID-19, que tiene material genético del virus que causa COVID-19 insertado en él (esto se llama vector viral).

Una vez que el vector viral está dentro de las células, el material genético “instruye” a las células para producir una proteína que es exclusiva del virus que causa COVID-19.

Usando estas instrucciones, las células hacen copias de la proteína. Esto impulsa al organismo a producir linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir ese virus si la persona se infecta en el futuro.

El propio médico de atención primaria, o tu departamento de salud local, puede explicar más sobre las vacunas.

  1. Estas vacunas, ¿pueden causar efectos secundarios?
    Las vacunas sí pueden causar efectos secundarios como dolor en el brazo y algo de fiebre. Pero esto significa que de hecho han empezado a actuar en el organismo. Estos síntomas son normales y son una señal de que el cuerpo está desarrollando inmunidad.

Se han registrado unos pocos casos de reacciones alérgicas, en personas con historial médico de alergias o asma. Por eso, por ejemplo en los Estados Unidos, el procedimiento es vacunar a la persona y que ésta permanezca media hora en el sitio de vacunación para monitorear cualquier reacción inusual.

Pero, de nuevo, estos han sido unos pocos casos aislados. Y es común que se registren cuando la vacuna comienza a aplicarse a muchas más personas que las que participan de un ensayo clínico.

  1. ¿Cuánto tiempo tarda el organismo en quedar protegido contra COVID?
    Por lo general, el cuerpo tarda al menos dos semanas en producir linfocitos T y linfocitos B después de la vacunación, para producir inmunidad.

Por lo tanto, es posible que una persona se infecte con el virus que causa COVID-19 justo antes o justo después de la vacunación y luego se enferme porque la vacuna no tuvo suficiente tiempo para brindar protección.

Lo que se sabe por la experiencia con otras vacunas es que, si una persona vacunada se infecta, seguramente tendrá una forma leve de la enfermedad.

  1. ¿Por qué se necesitan dos dosis de la vacuna contra COVID?
    Todas las vacunas contra COVID (menos la de Johnson & Johnson) necesitan de dos dosis para desarrollar inmunidad.

El primer pinchazo comienza a construir la protección. Se necesita una segunda dosis unas semanas después para obtener la mayor protección que la vacuna puede ofrecer.

Esto no es algo exclusivo de la vacuna contra COVID-19. Muchas vacunas del calendario de vacunación habitual requieren de dos y hasta tres dosis para construir inmunidad a largo plazo, por ejemplo la vacuna DTaP contra la difteria, el tétanos y tos ferina, o la vacuna contra el neumococo.

  1. ¿Cuánto dura la inmunidad que genera la vacuna?
    Desarrollar COVID-19 puede ofrecer cierta protección natural, conocida como inmunidad. La evidencia actual sugiere que la reinfección con el virus que causa COVID-19 es poco común en los 90 días posteriores a la infección inicial.

Sin embargo, los expertos no saben con certeza cuánto tiempo dura esta protección, y el riesgo de enfermedad grave y muerte por COVID-19 supera con creces cualquier beneficio de la inmunidad natural.

La vacuna contra COVID-19 ayuda a proteger al crear una respuesta de anticuerpos (sistema inmunológico) sin tener que experimentar una enfermedad.

Tanto la inmunidad natural como la inmunidad producida por una vacuna son partes importantes de COVID-19 sobre las que los expertos están aprendiendo más cada día.

Una de las cosas a dilucidar es si la vacuna contra COVID proveerá una inmunidad de largo plazo o terminará siendo estacional, como por ejemplo la vacuna contra la gripe o influenza.

  1. Si uso máscara, ¿por qué tengo que vacunarme?
    El uso de máscaras y el distanciamiento físico ayudan a reducir la posibilidad de estar expuesto al virus o transmitirlo a otras personas, pero estas medidas no son suficientes.

Las vacunas le enseñan al organismo a que el sistema inmunológico esté listo para combatir el virus si se está expuesto.

La combinación de vacunas y las medidas sanitarias básicas, usar máscara, respetar el distanciamiento y lavarse las manos, entre otras, seguirán ofreciendo protección contra COVID-19, mientras no se declare terminada la pandemia.

  1. ¿Qué precauciones debo tener en cuenta antes y después de vacunarme?
    Los especialistas indican que es importante dormir bien e hidratarse correctamente antes de vacunarse, para que el organismo reciba la dosis de la mejor manera.

Respecto al ejercicio, no existe evidencia suficiente para contraindicarlo rotundamente antes o después de recibir la vacuna, incluso si no sufres ningún efecto secundario no debería haber problema en que realices actividad física.

Sin embargo, la recomendación de los expertos es no hacer grandes esfuerzos físicos tanto antes como después de vacunarse (alrededor de 12 horas).

Tampoco se debe estimular una respuesta inmunitaria negativa, por ejemplo, mediante modificaciones corporales (como tatuajes o piercings), o consumiendo medicamentos sin receta.

  1. ¿Debo darme la vacuna de refuerzo (booster)
    Los CDC recomiendan que toda persona elegible reciba la dosis de refuerzo.

El coronavirus que causa COVID-19 es un virus nuevo, al que los científicos están siguiendo de cerca, investigando sus variantes y desarrollando respuestas terapéuticas y de inmunización. Una de las grandes preguntas es los cambios en la genética del virus hará que la vacuna contra COVID-19 sea estacional, como la de la gripe. Como estas son investigaciones en curso, a medida que va surgiendo nueva información se va decidiendo el curso de acción.

Hasta ahora, los estudios muestran que después de vacunarse contra COVID-19, la protección contra el virus puede disminuir con el tiempo y ser menos efectiva para proteger contra la variante delta. La evidencia también muestra que entre los trabajadores de salud y otros trabajadores de primera línea, la efectividad de la vacuna va disminuyendo con el tiempo. Esta baja en la efectividad probablemente tiene que ver con la aparición de nuevas variantes, como delta y mu.

Por eso, justamente, es importante el refuerzo de la vacuna: para “recordarle” al sistema inmune que hay un enemigo ante el cual tiene que reaccionar.

  1. Por qué vacunarse es un deber social
    Vacunarse es uno de los muchos pasos que se puede tomar para protegerse y proteger a los demás de COVID-19. Esta protección contra COVID-19 es de vital importancia porque para algunas personas sufren una enfermedad grave de COVID, o mueren.

La vacunación masiva genera inmunidad colectiva: la ecuación es simple, a mayor cantidad de personas vacunadas, mayor es la protección contra el virus.

La vacunación protege al vacunado, protege a otros, y logra que la circulación del virus se debilite, porque deja de encontrar organismos a los que infectar.

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