Desconocidos asesinaron este lunes a Albeiro Camayo, ex coordinador regional de la guardia indígena en el departamento colombiano del Cauca (suroeste), en una zona rural del municipio de Buenos Aires.
Así lo informó la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), que achacó el crimen a una disidencia de las FARC conocida como la Columna Móvil Jaime Martínez.
Según esa Asociación, el ataque a Camayo fue perpetrado en un sector conocido como La Primavera del resguardo indígena y Las Delicias, a donde llegaron los disidentes a presionar a la comunidad para que participara en sus reuniones, razón por la que fueron expulsados.
“Como respuesta, los armados hicieron acusaciones contra las autoridades, la guardia y la comunidad, amenazando directamente a los comuneros e intimidándolos con armas de fuego (…) Luego comenzaron a disparar contra la comunidad reunida”, añadió la información.
La ACIN también acuso a los disidentes de secuestrar a Arlin Camayo, un niño de 13 años que es hijo del excoordinador de la guardia indígena que fue asesinado este lunes, y exigió “su liberación inmediata”.
María José Pizarro, representante a la Cámara por la izquierdista Lista de la Decencia, pidió garantías “para el ejercicio democrático y la vida en el Cauca”.
“Le solicitamos a la Cruz Roja internacional que por favor nos ayude contactando a la guardia indígena y haga la mediación para que el hijo de este guardia sea liberado cuanto antes”, expresó en un video publicado en redes sociales.
Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camayo es el décimo líder social o defensor de derechos humanos asesinado en Colombia en lo que va de año.
El pasado 14 de enero, dos indígenas murieron, entre ellos un menor de edad, en otro ataque armado ocurrido en el resguardo Las Delicias, y que achacaron también a la Columna Móvil Jaime Martínez.
El Cauca está desde hace años en una espiral de violencia originada en las disputas de distintos grupos al margen de la ley, como disidencias de las FARC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y carteles mexicanos, que luchan por el control de la tierra para el tráfico de drogas.