22 noviembre, 2024

Más restaurantes de Los Ángeles exigen vacunas o pruebas de COVID-19 tras el aumento de la variante del Delta

Un número creciente de restaurantes de Los Ángeles están exigiendo a sus comensales estar vacunados contra el COVID-19 o mostrar resultados de una prueba negativa reciente.

Ello ocurre a medida que continúan aumentando los nuevos casos de coronavirus, impulsados por la altamente transmisible variante Delta, que ahora representa más del 84% de las muestras secuenciadas en California.

Conservatory en West Hollywood fue uno de los primeros restaurantes de Los Ángeles en dar el paso, comentó el propietario, Paul Kalt. El requisito de que los clientes muestren un comprobante de vacunación o un resultado negativo de la prueba de las últimas 72 horas entró en vigor el martes. “Es muy difícil tomar esta posición, que no siempre será popular entre todos”, reflexionó Kalt. “Pero, en última instancia, creemos que es lo más responsable”.

“A pesar de que podemos perder algunos comensales, preferimos sufrir eso ahora mismo que tener que cerrar de nuevo y dejar a todo nuestro personal desempleado otra vez”, continuó. “O peor aún, correr el riesgo de que la gente se enferme”.

Aunque el restaurante tiene un guardia de seguridad que trabaja los fines de semana y ayudará a hacer cumplir la pauta si es necesario, hasta ahora la gente la ha cumplido en su mayoría, señaló. Los empleados se comunican con quienes hacen las reservaciones para informarles de los requisitos antes de su llegada. Han tenido que rechazar a algunas personas sin cita previa, pero en su mayor parte la gente es comprensiva, comentó.

Kalt espera que más restaurantes comiencen a imponer requisitos similares en un esfuerzo por detener la propagación del virus y evitar que las autoridades de salud pública intervengan y pausen las operaciones por completo una vez más. “Queremos tratar de adelantarnos esta vez”, comentó. “Deseamos ser proactivos e implementar medidas seguras que protejan a nuestro personal, a nuestros clientes y, con suerte, a la industria de restaurantes en su conjunto, para que no cierren”.

El restaurante de fusión asiática Formosa Cafe también exige prueba de vacunación o resultado negativo del examen, según una lista compilada por la Cámara de Comercio de West Hollywood. La lista incluye a varios bares y sitios de espectáculos, que han sido veloces en implementar los requisitos de vacunación, incluidos Abbey, Harlowe, Beaches WeHo, Hi Tops, Trunks y The Comedy Store.

El restaurante italiano Osteria La Buca, que tiene ubicaciones en Larchmont y Sherman Oaks, anunció que a partir del lunes los clientes deberán presentar una tarjeta de vacunación, o una foto, escaneo o copia digital de ésta.

“No hemos luchado tanto, durante largo tiempo, para que todo salga mal ahora”, escribió el restaurante en su página de Instagram. “Habrá un guardia de seguridad en el frente, revisando a todos los huéspedes”.

El propietario del lugar, Stephen Sakulsky, dijo que los clientes y el personal están agradecidos por la nueva regla, pero se negó a discutirla. “Creemos que solo promoverá una respuesta negativa de una multitud selecta y pequeña que, lamentablemente, es muy revoltosa”, escribió en un correo electrónico. “No necesitamos esa atención”.

En Hollywood, L’Antica Pizzeria da Michele abrió un salón al aire libre adyacente que requerirá que los clientes muestren una prueba negativa de COVID-19 de las últimas 24 horas o se sometan a una prueba rápida, que se proporcionará en el sitio por $12, comentó el propietario del lugar, Francesco Zimone.

El salón, Caffè degli Artisti, busca brindar un espacio seguro para quienes se encuentran ansiosos por salir de nuevo, pero no se sienten listos para comer en el interior de un restaurante, comentó Zimone. “Aún hay personas que llaman y dicen: ‘Esta es la primera vez que saldremos de la casa en un año y medio’, y están muy preocupados. ¿Qué hacemos por ellos?”.

Para Zimone, fue alarmante ver cómo la adherencia de la gente a las precauciones de salud pública, como el distanciamiento social, se desvaneció repentinamente cuando California avanzó con una reapertura drástica, el 15 de junio. “La idea de crear un espacio como este es como decir: ‘¿Podemos prestar un poco de atención, por un poco más de tiempo? ¿Podemos caminar lentamente antes de correr? ‘”.

El establecimiento tiene como objetivo implementar el requisito del comprobante esta semana. Las pruebas en sí mismas han sido difíciles de encontrar y están esperando un envío de 1.000 que llegará el lunes, añadió Zimone.

Como muchos en la industria de servicios, sufre la escasez de personal: se estaba preparando para laborar en un turno de barman, el sábado por la noche, y el viernes había trabajado como mesero. Con un negocio relativamente pequeño, también ha sido una lucha mantenerse al tanto de las diversas restricciones comerciales, y siempre está atento a que se implementen más. “Parece una partida de ajedrez”, reconoció.

Más recientemente, el 17 de julio, el condado de Los Ángeles comenzó a exigir a todos los residentes, independientemente de su estatus de vacunación, que volvieran a usar mascarilla en espacios públicos interiores, a medida que aumentaba el número de casos.

El Departamento de Salud Pública del condado informó el sábado 3.318 nuevos casos del coronavirus y 11 muertes relacionadas. “La trágica realidad es que casi todas las personas hospitalizadas y que mueren por COVID-19 no están vacunadas; estas hospitalizaciones y decesos son, en su mayor parte, prevenibles”, remarcó Bárbara Ferrer, directora de salud pública del condado, en un comunicado.

Los funcionarios de salud pública destacaron la semana pasada que la tasa promedio diaria de casos había aumentado a 15.7 por cada 100.000 personas, en comparación con los 12.9 casos por cada 100.000 personas la semana anterior. Aún así, destacaron los funcionarios, esa fue una tasa de alza menor en comparación con la semana anterior, cuando los casos crecieron más del 80% con respecto a la previa.

Había 1.071 pacientes con COVID-19 en los hospitales del condado hasta el viernes. El número permanece muy por debajo del pico de 8.098 pacientes, registrado el 5 de enero, pero aún representa un alza de casi el 283% con respecto al mes anterior, con 280 pacientes.

Las hospitalizaciones se incrementaron un 45% desde el sábado pasado, señaló el departamento de salud pública. Aún así, no aumentaron tan rápidamente como los casos nuevos, ya que las vacunas evitan que quienes terminan con las llamadas infecciones progresivas desarrollen casos tan graves.

“Los datos muestran abrumadoramente que las vacunas son efectivas para prevenir episodios graves, que necesiten hospitalización o acaben con la vida de la persona”, expresó Ferrer. “Sin embargo, para realmente combatir la transmisión, necesitamos tener niveles más altos de vacunación, particularmente entre nuestros residentes más jóvenes”.

Hubo otro punto positivo, señalaron las autoridades: por segunda semana consecutiva, el condado vio un aumento en la cantidad de personas que recibieron la primera dosis.

El condado de Los Ángeles aplicó 69.558 primeras inyecciones entre el 19 y el 25 de julio, un alza de alrededor de 7.500 con respecto a la semana anterior. Antes de eso, las cifras de vacunación habían ido disminuyendo constantemente durante semanas.

Hasta ahora, el 61.8% de los residentes del condado de Los Ángeles recibieron al menos una dosis, y el 54.1% están completamente vacunados, según datos compilados por The Times.

El aumento de restaurantes que exigen una prueba de vacunación o de examen negativo se evidenció luego de que, al menos 33 bares de Los Ángeles anunciaran que habían tomado esa decisión, según L.A. Taco, que publicó una lista actualizada.

Y el lunes pasado, la Alianza de Propietarios de Bares de San Francisco también recomendó a sus más de 300 miembros que sus establecimientos requieran tal prueba para los clientes que deseen sentarse en el interior.

Al menos 60 bares y restaurantes exigen la prueba de vacunación en el área de Seattle, según una lista compilada por The Seattle Times. Ello ocurrió después de que al menos una docena de bares se vieron obligados a cerrar temporalmente la semana anterior porque los empleados contrajeron COVID-19 o entraron en contacto con alguien enfermo, destacó el periódico.

En la costa este, el empresario gastronómico Danny Meyer anunció la semana pasada que todos los restaurantes de su Union Square Hospitality Group, que incluyen Gramercy Tavern, en la ciudad de Nueva York, y Maialino Mare, en Washington, D.C., exigirán a los empleados y los comensales en el interior que muestren pruebas de vacunación a partir del 7 de septiembre. “Sabemos que la vacuna funciona”, afirmó en una entrevista en CNBC. “Es hora de asegurarse de que esta economía siga avanzando”.

Meyer también fundó Shake Shack y es presidente de su directorio, pero la cadena es una empresa separada y no exige vacunación a los clientes o empleados por el momento, confirmó una portavoz el sábado pasado.

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