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En el inicio de la 109 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, señaló que ante la pandemia de Covid-19 se necesita un cambio, ya que ésta “puso en crisis nuestros modelos de organización y desarrollo; puso al descubierto muchas inequidades, graves silencios, omisiones sociales y sanitarias”.
Indicó que el cambio debe darse también en la Iglesia, “convocando y actuando para que la normalidad que se geste pueda tener el sabor al protocolo con el que un día seremos juzgados. Si somos capaces de poner a los frágiles y pequeños en el centro veremos que la multiplicación de los panes no es una linda utopía sino una realidad.”
Señaló que la pandemia del Covid-19 ha puesto “a dura prueba la resistencia física, mental y social de los pueblos. Nuestras casas se transformaron en refugios, las calles quedaron vacías y nuestras celebraciones litúrgicas públicas fueron prácticamente suspendidas, quedando semi- abandonados nuestros templos. Cuántas familias han perdido sus seres queridos, y muchas veces sin poderse ni siquiera despedir de ellos. Cuántas personas han perdido sus fuentes de sustento, llegando a engrosar las filas de los que no saben cómo proveer a sus necesidades y a las de sus familias”.
También, Coppola pidió a los obispos seguir el ejemplo del papa Francisco, “escuchemos y sigamos su palabra, pero sobre todo, miremos y aprendamos de sus gestos, actitudes y acciones: de su cercanía y sencillez y de su empeño por romper barreras”.
Finalmente, los invitó a renovar y profundizar el compromiso en pro del cuidado de las personas vulnerables, de los más pequeños y frágiles, entre los cuales se encuentran quienes han sido objeto de abuso por parte de algunos de nuestros clérigos.
“No solamente deben saber que se les ha hecho justicia, sino también darse cuenta que la Iglesia, madre amorosa, no los desampara; por el contrario, pone todos los medios a su alcance, incluyendo y privilegiando la oración, para que su cuerpo, alma y espíritu recobre, en cuanto posible y lo más posible, el bienestar, la paz y la armonía”, mencionó.
Por su parte, el presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López, convocó a los obispos al diálogo y a que en esta asamblea “miremos esta realidad de la crisis sanitaria, así como la situación de la pobreza, la economía, la educación, el cuidado de la casa común, la cultura democrática y la construcción de paz, pues hoy vivimos situaciones que nos han rebasado en mucho y que son un verdadero calvario para personas, familias y comunidades enteras, en una espiral de dolor a la que por el momento no se le ve fin”.
