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El Poder Judicial en México es un gremio de bajo perfil. Las fotografías de jueces no suelen aparecer en los directorios públicos; tampoco suelen dar entrevistas; por eso, la jueza Nancy Juárez Salas se ha convertido en una rareza: muchas prefieren la discreción, ella ha elegido los reflectores para retar a la presidenta Claudia Sheinbaum.
La jueza Juárez Salas dio un salto bajo el foco nacional el 17 de octubre, cuando plantó un ultimátum a la presidenta de México: o eliminaba del Diario Oficial de la Federación (DOF) la publicación sobre la reforma al Poder Judicial en 24 horas o enteraría al Ministerio Público Federal que Claudia Sheinbaum había cometido el delito de desacato, castigado hasta con siete años de prisión.
La morenista hizo un movimiento de defensa y contraataque: no sólo no bajaría la publicación —lo cual ha cumplido hasta el momento—, sino que denunciaría a la jueza ante el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) por realizar un emplazamiento sin sustento jurídico, lo que se puede sancionar hasta con su inhabilitación. Ambas pusieron en juego su cargo: la banda presidencial o la toga y el birrete.
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Nancy Juárez Salas es el rostro público de la batalla contra la primera gran reforma constitucional de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha insistido en que ningún juez tiene el poder suficiente para anular la publicación en el DOF de una reforma constitucional votada por el Poder Legislativo.
Así lo ha asumido en la calle y en su despacho. En el puerto de Veracruz, la jueza Nancy Juárez Salas rompió los protocolos del Poder Judicial y encabezó las movilizaciones callejeras contra los cambios legales, y reafirmó su rechazo en su escritorio al firmar la suspensión provisional de la reforma, lo que, en teoría, evitaría su puesta en vigor.
Su arribo al Poder Judicial está fechada en marzo de 2010 y desde entonces ha escalado distintas posiciones, como ser actuaria judicial, oficial judicial y laborar en el Juzgado Primero de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal. Catorce años después busca ser la primera jueza en la historia de México que amague con llevar a prisión a la primera presidenta del país.
