En febrero del año 2022, Vladímir Putin decidió invadir Ucrania. La suya fue una acción que provocó un rechazo internacional sin precedentes.
Estados Unidos y la Unión Europea respondieron con duras sanciones contra Moscú, y las grandes empresas globales acabaron abandonando territorio ruso muy pronto, en los primeros días de la guerra.
Antiguos aliados, como Hungría y Polonia, comenzaron a darle la espalda al Kremlin también (aunque, a veces, ciertos líderes políticos de esos países jueguen a la ambigüedad). Tampoco China es absolutamente firme en su apoyo a Putin sino que guarda distancia.
Sin embargo, hay un país en Europa cuyo gobierno podría inclinarse en favor de Putin antes de lo esperado.
Hablamos de Georgia. Un país de 3,7 millones de habitantes del Cáucaso que comparte frontera con Rusia por el norte y con Irán por el sur, dos países que quizá no sean los mejores vecinos en este momento.