El fenómeno de Caitlin Clark en el mundo del deporte profesional ha sido comparado por la revista ‘Forbes’ con el impacto de Taylor Swift en la industria de la música. La atleta de 22 años, que ha roto un sinfín de récords en su estreno en la WNBA, acaba de ser nombrada novata del año de la liga de baloncesto femenino en Estados Unidos tras arrasar en las votaciones: solo un voto en contra de 67 posibles, que fue a parar a la que lleva años siendo su gran rival, Angel Reese, de las Chicago Sky.
La base de las Indiana Fever ha promediado 19,2 puntos, 5,7 rebotes, 8,4 asistencias y 1,3 robos por encuentro en 35 minutos de juego en su campaña de estreno, donde ha sido capaz de liderar a la franquicia de Indianápolis hasta los playoffs por primera vez desde 2016. No se ha perdido un solo partido de los 40 programados por la competición. Después de arrancar mal el curso con un balance de 1-8, lograron equilibrar la balanza con 20 victorias y 20 derrotas. En primera ronda, el equipo cayó por 2-0 ante las Connecticut Sun, que llevan cuatro temporadas entre las tres mejores escuadras de la competición. A pesar de la abultada derrota por 93-69, el primer encuentro de la eliminatoria fue el partido de playoffs de la WNBA más visto desde las Finales del 2000, con 1,8 millones de telespectadores. El segundo elevó esa cifra hasta los 2,5 millones.
Clark ha desatado una auténtica fiebre por la disciplina femenina como ya hizo durante su legendaria trayectoria universitaria, que terminó como máxima anotadora de la historia de la NCAA. Las audiencias televisivas y la asistencia a los pabellones han reventado todos los registros previos, y el cúmulo de récords dentro y fuera de la pista se cuenta por decenas. “¿Hay un récord de récords de novatos?”, resumía uno de sus patrocinadores para conmemorar sus gestas. Seis cadenas con derechos para retransmitir la WNBA celebraron su tope histórico de audiencia esta temporada, y en todos los casos jugaban las Fever. El promedio de público en las gradas para Indiana fue de 17.000 espectadores en casa y 15.000 a domicilio, obligando a mover algunos compromisos a pabellones más grandes. Su último partido de temporada regular, en Washington, acercó a 20.711 aficionados a las gradas, tope absoluto de la competición.
En este fulgurante estreno, Clark ha firmado el tope de asistencias en una temporada de la WNBA, con 377. También es la novata que más puntos (769) y triples (122) ha anotado en la competición. “Estoy muy agradecida por el premio, pero sobre todo por el apoyo recibido a lo largo de la temporada por parte de mi familia, amigos, compañeras, organización y la afición que nos animó todo el año. Estoy muy orgullosa de lo que hemos conseguido y entusiasmada con el futuro”, apuntó la jugadora tras recibir la distinción.
A pesar de su magnífico rendimiento y el subidón que ha pegado la disciplina gracias a su figura, la jugadora de Des Moines, población de Iowa, se ha mostrado ambiciosa de cara a la próxima temporada. “Soy exigente. He tenido un año sólido, pero lo divertido es que siento que apenas estoy rascando la superficie de mi juego y me exijo en cada pequeño detalle. Quiero ayudar a esta franquicia, y tengo mucho margen para mejorar y poder hacerlo”, agregaba. LeBron James, recientemente, definió a Clark como una jugadora trascendental. “Tiene la visión, el espíritu, contagia con su juego y la gente quiere jugar con ella”, apuntaba en una entrevista con ‘Esquire’. “Tengo mucho respeto por lo que ha hecho, porqué yo también sé lo que es ser elegido en el draft, ser la cara de la franquicia y tener el escrutinio de mucha gente que no cree que estés preparado”.
Más allá de las luces de los focos, Clark se ha visto envuelta indirectamente en varias polémicas. Su caso ilustró una vez más las excesivas diferencias entre los salarios de la élite femenina y masculina, donde el francés Victor Wembanyama, su equivalente en la NBA, cobró 12 veces más en su campaña de estreno. También levantó ampollas el notable interés comercial de varias marcas, denunciado por varias atletas afroamericanas como otro caso de racismo más dentro de la sociedad estadounidense. En sus primeros partidos, hubo quienes denunciaron el juego sucio de algunas de sus rivales después de varios trompazos consecutivos sobre la cancha.
Clark, que ha sabido mantenerse al margen de estas sombras, incluso de su no inclusión en la lista estadounidense para París 2024, ha mantenido un intenso duelo mediático con Reese, como en su día lo hicieron Larry Bird y Magic Johnson en la NBA de los ochenta. “Cuando pienso en el impacto de Caitlin Clark y Angel Reese en el baloncesto, me recuerdan mucho a Larry Bird y a mí”, aseguraba la leyenda de Los Angeles Lakers en junio. “Angel y yo siempre hemos sido grandes competidoras, y ella diría lo mismo. No solo estamos nosotras en el baloncesto femenino… se necesitan a varias personas para poder ser realmente buenas”, decía la gran protagonista de la temporada de WNBA, apuntando a su rivalidad como un mero constructo mediático.
La liga pronto conocerá a sus finalistas de la temporada 2024. Las New York Liberty de Sabrina Ionescu mandan por 2-0 en su eliminatoria contra Las Vegas Aces de la MVP A’Ja Wilson, vigentes campeonas, mientras que las Minnesota Lynx empatan con las Sun (1-1) al otro lado del cuadro.