Grazie, Ferrari. Red Bull tomó un respiro en los campeonatos de la Fórmula 1 gracias a la victoria de Charles Leclerc en casa, el Gran Premio de Italia, pese a la presión de McLaren, el mejor equipo actualmente en la Temporada 2024.
El monegasco de Il Cavallino Rampante sostuvo la punta de forma dramática en la recta final en Monza ante el incesante ataque de Oscar Piastri y Lando Norris, quienes rozaron un fin de semana casi perfecto, aunque pequeños errores evitaron que recortaran más puntos a los austríacos en la lucha por el trono de Constructores y Pilotos.
Sin embargo, pese a quedar 2-3 en el Autodromo Nazionale, la escudería británica cambió la gran pregunta en la Fórmula 1, pues ya no es más ”¿quién derribará del liderato a los toros?”, sino ”¿cuándo?”. Y por lo visto este domingo, es cuestión de un par de carreras.
El ejemplo claro del poder de McLaren sobre RBR fue el rebase de Norris sobre Max Verstappen en el segundo tercio del GP, cuando el neerlandés intentó sostener la quinta plaza, pero la batalla solo duró dos giros ante el ‘poder papaya’.
Con pedazos de goma volando en el aire en Monza y los neumáticos al límite, Charles Leclerc apretó las manos sobre el volante de su Ferrari. La presión de McLaren recortaba segundos de manera voraz, pero el monegasco se mantuvo e impulsado por los tifosi, en casa, llegó a la meta como el mejor del día.
Ahí, la bandera a cuadros ondeó en las manos de Alessandro del Piero, un tifosi más, y la locura despertó con el séptimo triunfo de Leclerc en la Fórmula 1, seguramente el menos esperado en una carrera deportiva llena de ‘ya méritos’ y Poles Position perdidas de manera increíble.
Charles salió del Cavallino, enfundado en un nomex negro, y mantuvo el puño en alto para decirle a la Fórmula 1 que la caza, el Autodromo Nazionale, se respeta. Y para ejemplo, esta victoria, la número 20 de Ferrari en casa.