Ataques israelíes en Gaza mataron a 19 personas durante la noche, incluidos una mujer y sus seis hijos, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se dirigía a la región el domingo para intentar cerrar un acuerdo de cese el fuego tras meses de accidentadas negociaciones.
Estados Unidos y los otros mediadores, Egipto y Qatar, dijeron que estaban cerca de un acuerdo tras dos días de conversaciones en Doha, mientras funcionarios estadounidenses e israelíes expresaban un cauto optimismo. Sin embargo, Hamas ha mostrado reparos con lo que describe como nuevas exigencias de Israel, y las prolongadas conversaciones se han atascado repetidas veces.
La propuesta, que ha ido evolucionando, contempla un proceso de tres fases en el que Hamas liberaría a todos los rehenes que tomó durante el ataque del 7 de octubre, que provocó la guerra más letal que han librado nunca israelíes y palestinos. A cambio, Israel retiraría sus fuerzas de Gaza y liberaría a prisioneros palestinos.
Los mediadores esperan poner fin a una guerra que ha matado a más de 40.000 palestinos, según autoridades locales de seguridad, desplazado a la gran mayoría de los 2.3 millones de residentes y abierto una catástrofe humanitaria. Los expertos han advertido de una hambruna y de la aparición de enfermedades como la polio.
Milicianos liderados por Hamás mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, en el ataque del 7 de octubre y secuestraron a unas 250. Se cree que unas 110 aún están dentro de Gaza, y las autoridades israelíes estiman que un tercio ha fallecido. Más de 100 rehenes fueron liberados en noviembre durante un cese el fuego de una semana.
El bombardeo israelí más reciente incluía un ataque el domingo por la mañana contra una casa en la localidad central de Deir al-Balah en el que murieron una mujer y sus seis hijos, según el hospital Mártires de Al-Aqsa. Un periodista de Associated Press en el hospital contó los cuerpos.
Mohammed Awad Khatab, abuelo de los niños, dijo que su hija, que era maestra de escuela, estaba con su esposo y sus hijos cuando la casa fue atacada. Los niños tenían entre 18 meses y 15 años, señaló, y cuatro de ellos eran cuatrillizos. El padre fue hospitalizado tras el ataque.
“Los seis niños se han convertido en trozos de cuerpos. Los pusieron en una sola bolsa”, dijo a periodistas ante el hospital. “¿Qué habían hecho? ¿Habían matado a alguno de los judíos? (…) Dará esto seguridad a Israel?”.
Otro ataque en la localidad norteña de Jabaliya golpeó dos apartamentos en un edificio residencial y mató a dos hombres, una mujer y la hija de ella, según el Ministerio de Salud de Gaza. Otro impacto en el centro de Gaza mató a cuatro personas, según el hospital Awda. Cuatro personas de la misma familia, incluidas dos mujeres, murieron el pasado sábado en un ataque cerca de la ciudad sureña de Jan Yunis, según el Hospital Nasser.
Israel dice que sólo dirige sus ataques a milicianos y culpa a Hamás de las muertes civiles porque el grupo armado oculta combatientes, armas, túneles y cohetes en zonas residenciales. Pero los bombardeos israelíes de los pasados meses han erradicado familias enteras y dejado miles de huérfanos.
Los mediadores llevan meses tratando de detener los combates, unos esfuerzos que adquirieron más urgencia tras los asesinatos de dos líderes milicianos el mes pasado, ambos atribuidos a Israel, que provocaron promesas de venganza de Irán y el grupo libanés Hezbollah, y avivaron el temor a una guerra abierta en Oriente Medio.