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El sentido del olfato es una puerta a un mundo de sensaciones y recuerdos. Desde el aroma del café recién hecho que nos despierta por la mañana, hasta el olor de la tierra mojada después de la lluvia, nuestro olfato nos conecta profundamente con nuestro entorno. Cada fragancia tiene el poder de transportarnos a momentos específicos, evocando recuerdos y emociones que creíamos olvidados.
El olor de un perfume puede traer a la mente la imagen de un ser querido, mientras que el aroma de una comida casera puede hacernos revivir momentos de nuestra infancia. Sin embargo, en un mundo dominado por lo visual y lo auditivo, el olfato a menudo queda relegado a un segundo plano y, muchas veces, como lo han demostrado algunas investigaciones, no le damos la importancia que merece… hasta que nos falta o se debilita.
Este sentido no solo nos permite disfrutar de placeres cotidianos, sino que también juega un papel crucial en nuestra salud y bienestar. De hecho, un estudio reciente arroja un vínculo alarmante entre el debilitamiento del olfato y la salud cardíaca.
La pérdida del olfato puede tener diversas causas. Entre ellas, la ingesta de ciertos medicamentos, como anfetaminas, estrógenos, descongestionantes nasales de uso prolongado, entre otros. Estos pueden alterar o disminuir la capacidad para detectar olores, según se explica en Medline. También pueden contribuir los bloqueos nasales debido a pólipos, deformidades del tabique nasal y tumores nasales, además de infecciones en la nariz, garganta o senos paranasales y alergias.
Los trastornos endocrinos y neurológicos, incluyendo la demencia, también pueden afectar el olfato. Además, deficiencias nutricionales, lesiones craneales, cirugías nasales o sinusales y la radioterapia en la cabeza o cara son factores que pueden llevar a la pérdida del sentido del olfato. Sin embargo, la pérdida del olfato o su debilitamiento puede ser también una forma de predecir el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca.
El estudio publicado recientemente en el Journal of the American Heart Association explora la relación entre el deterioro del olfato y el riesgo de resultados cardiovasculares adversos mayores, específicamente la insuficiencia cardíaca congestiva en adultos mayores. Esta investigación profundiza acerca de la salud olfativa, yendo mucho más allá del tema sensorial y logra determinar que esta tiene potencial como indicador temprano de riesgos para la salud cardiovascular.
Olfato y corazón
La investigación analizó los datos de 2 537 adultos mayores, con una edad promedio de aproximadamente 75 años, extraídos del Estudio de Salud, Envejecimiento y Composición Corporal. Las habilidades olfativas de los participantes fueron evaluadas utilizando un test llamado Prueba Breve de Identificación de Olores de 12 ítems y las puntuaciones de olfato oscilaron entre 0 y 12, con puntuaciones de 8 o menos indicando olfato deficiente, 9-10 olfato moderado y 11-12 olfato bueno. Luego, durante un período de seguimiento de hasta 12 años, los investigadores monitorearon a los participantes para incidentes de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca.
Los hallazgos revelaron que sí hay una asociación significativa entre el deterioro del olfato y el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca, pues los participantes con olfato deficiente tenían un 30% más de riesgo de experimentarla en comparación con aquellos que sí tuvieron mejores puntuaciones. Sin embargo, no se encontró ninguna relación importante entre la pérdida del olfato y el riesgo de incidentes de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular.
Este estudio sienta las bases para poner el foco en la salud olfativa, aún cuando se reporte una buena salud general puesto que todavía existen interrogantes acerca de cuáles son los factores que influyen en esta asociación, e incluso podría servir para predecir otros problemas de salud subyacentes.
