Los primeros ministros de China y Japón viajaron a Seúl para una cumbre que no se celebraba desde 2019, tras ser repetidamente cancelada por la pandemia de covid-19.
El primer ministro chino, Li Qiang, y su homólogo de Japón, Fumio Kishida, llegaron este domingo (26.05.2024) a Seúl para celebrar su primera cumbre trilateral junto a Corea del Sur en cinco años. Ambos se reúnen hoy entre sí para, después, reunirse también por separado con el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, antes de mantener mañana una reunión trilateral, la primera desde antes de la pandemia de covid-19. Yoon, en el poder desde 2022, ha intentado enterrar la enemistad histórica con Japón, expotencia colonial, ante las crecientes amenazas de Corea del Norte, que cuenta con armamento nuclear.
Desde la última cumbre trilateral “nuestro panorama regional y global ha cambiado enormemente”, dijo Kishida antes de partir hacia Corea del Sur. “Estabilizar las relaciones entre Japón y China es importante no sólo para nuestros países, sino también para la región y para la comunidad internacional”, dijo durante su reunión con Li. Para el primer ministro japonés un acercamiento será “muy beneficioso”, según informó la oficina local de la cadena pública japonesa NHK.
“La situación internacional ha tenido un impacto considerable en la relación entre nuestros países”, dijo por su parte Li, que considera que ambos países pueden “controlar con éxito las diferencias de opinión y buscar una relación constructiva y estable que cumpla con las exigencias de la nueva era”, citó dicho medio. Los mandatarios reafirmaron su intención de promover una relación estratégica “mutuamente beneficiosa”, en línea con lo acordado por Kishida y el presidente chino, Xi Jinping, en su cumbre del pasado noviembre.
El primer ministro chino destacó que actualmente se están produciendo intercambios entre ambos países y que “se puede decir que la cooperación se está recuperando gradualmente”. Durante sus conversaciones, Kishida y Li acordaron promover la cooperación en áreas como el medio ambiente, la energía y la salud. Las relaciones entre Japón y China han sufrido un enfriamiento por la estrecha alianza de Tokio y Washington, y más recientemente por el vertido del agua contaminada y tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima, que devino en un veto a las importaciones chinas de pescado y productos del mar capturados en aguas japonesas. Kishida aprovechó hoy para volver a pedir a China que levante el veto.
El primer ministro japonés también trasladó a su homólogo chino la preocupación de Japón por la expansión militar de China en la región y le trasladó su opinión de lo crucial que es la estabilidad en el estrecho de Taiwán, después de que Pekín lanzara maniobras a gran escala en torno a la isla tras las elecciones presidenciales allí.
Posteriormente a sus reuniones bilaterales, los tres mandatarios tenían programada una cena de trabajo donde se esperaba que continuaran expandiendo sus contactos de cara a la cumbre de mañana, de la que se prevé que surja una declaración conjunta.