23 noviembre, 2024

Este nuevo síndrome grave relacionado con el COVID-19 plantea interrogantes a los investigadores

Investigadores han destacado una nueva amenaza para la salud relacionada con el COVID-19. Un síndrome autoinmune recientemente descubierto podría causar complicaciones severas, especialmente en los pulmones.

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, médicos e investigadores han observado diversas consecuencias a largo plazo de la infección por el coronavirus. Entre estos efectos, se han identificado trastornos autoinmunes, destacando las complejas interacciones entre el virus y nuestro sistema inmunológico. Estudios recientes revelan la aparición de un nuevo síndrome autoinmune raro pero grave.

Este síndrome, llamado MIP-C (autoimunidad-MDA5 y neumonitis intersticial contemporánea con COVID-19), se caracteriza por un ataque del sistema inmunológico contra el propio cuerpo. El Dr. Dennis McGonagle de la Universidad de Leeds y su equipo han identificado 60 casos de este síndrome, detallados en una publicación reciente en eBioMedicine. La enfermedad presenta similitudes con la dermatomiositis-MDA5, pero afecta principalmente a personas de origen europeo, a diferencia de la forma tradicional que afecta sobre todo a mujeres de origen asiático.


El MIP-C implica la presencia de anticuerpos anti-MDA5, una proteína normalmente implicada en la detección de virus de ARN como el COVID-19. Estos anticuerpos inducen una inflamación que puede dañar severamente los pulmones, haciendo a veces necesaria un trasplante pulmonar. Un estudio dirigido por el Dr. Pradipta Ghosh de la Universidad de California ha evidenciado una actividad anormal del gen IFIH1 en pacientes con MIP-C, llevando a una producción excesiva de la proteína inflamatoria IL-15.

La aparición súbita de numerosos casos en 2021 sugiere que la exposición masiva al COVID-19 podría haber desempeñado un papel. Los investigadores piensan que el contacto con el ARN del coronavirus podría desencadenar la producción de anticuerpos anti-MDA5 en algunas personas, provocando así la enfermedad. Sin embargo, no han establecido un vínculo directo entre las vacunas de COVID-19 y la aparición de MIP-C, subrayando en cambio la importancia de la vigilancia de los efectos a largo plazo del virus mismo.

El reconocimiento de este síndrome tiene implicaciones importantes para los médicos. De hecho, el MIP-C puede requerir intervenciones específicas y una vigilancia atenta de los pacientes con COVID-19 o que hayan estado en contacto con el virus. La disminución de casos observada en 2022 podría indicar una adaptación progresiva del sistema inmunológico o una reducción de las exposiciones virales gracias a las medidas de salud pública y las vacunaciones.

Los investigadores continúan estudiando este síndrome para comprender mejor por qué algunas personas son más vulnerables a esta respuesta inmunitaria. Secuencias genéticas específicas parecen proteger a ciertos individuos de la respuesta inflamatoria excesiva, abriendo perspectivas para tratamientos dirigidos en el futuro.

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