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El pasado lunes 1 de abril, algunos países celebran el Día de los Inocentes (April Fools’ Day) y a la operación de Volkswagen en Reino Unido se le ocurrió jugar cruelmente con nuestros sentimientos y “anunciar” el lanzamiento del Electroluminescent ID.3 Harlequin Edition, inspirada en el Polo Arlequín de los años 90.
Pero la broma no sólo quedó ahí, pues la firma aseguró que la pintura de este auto tendría una tecnología electroluminiscente, que le permitiría brillar o encenderse y seguir patrones del beat de la música, creando literalmente una discoteca rodante.
Desafortunadamente ese ID.3 no existe, pero sí nos dio un buen pretexto para recordar a los modelos Arlequín que lanzó Volkswagen en la década de los 90.
En 1994 la marca había lanzado la tercera generación del Polo, un hatchback subcompacto que tenía muy buenas ventas en Europa, lo que llevó a que Volkswagen diera luz verde a una idea bastante peculiar: lanzar una versión de este modelo con todos los páneles de la carrocería pintados en tonos distintos, emulando la vestimenta de un Arlequín.
Así, en 1995 fue lanzado este modelo, que combinaba los colores Rojo Tornado, Amarillo Ginster, Verde Pistache y Azul Chagall, ofreciendo una sorpresa para cada cliente, pues hasta que el auto le era entregado, no sabía cuál sería el patrón de tonos que tendrían las piezas de la carrocería.
Por dentro, las tapicerías de los asientos de tela eran negros en los laterales y en el centro tenían un dibujo de rayas verticales y horizontales que formaban cuadrados en algunas zonas y esos se coloreaban con alguno de los cuatro tonos en la carrocería. El nivel de equipamiento era uno de los más altos de la gama.
Entre 1995 y 1998 Volkswagen vendió en Europa más de 3,000 unidades del Polo Arlequín.
Siguiendo el éxito del polo en Europa, de este lado del océano tuvimos también un modelo con este patrón de pintura, pero en América estaría basado en el Golf, uno de los modelos más exitosos del mercado en México y Estados Unidos, que tuvo una edición especial de 264 unidades para ambos países.
Este vehículo sólo se vendió como año modelo 1996, por lo que es realmente una de las versiones más raras de esa tercera generación del Golf, y claro, por ello existen muchas falsificaciones.
La leyenda cuenta que el primer Vocho con este patrón de colores se hizo para llevarlo a distintas muestras automotrices y que destacara del resto de los vehículos exhibidos. En esos ventos fue donde los visitantes se comenzaron a enamorar del aspecto que tenía este Sedán multicolor. Por ello, en 1996 Volkswagen decidió fabricar 141 unidades para nuestro país, que se acompañaban por tapones sin cromo, para no robarle protagonismo al resto del auto.
