Desde noviembre de 2023, la sonda Voyager 1 no se comunica adecuadamente con la NASA. Un error desconocido provocó que la nave emitiera un patrón en bucle de ceros y unos, incomprensible y poco útil para los operadores en la Tierra. Cinco meses después, algunos científicos de la agencia espacial han empezado a descifrar la verdadera naturaleza de la críptica señal.
Una parte de los datos ilegibles que emite el subsistema de datos de vuelo (FDS), una de las tres computadoras de la Voyager 1, fue codificada por un ingeniero de la Red de Espacio Profundo de la NASA. Según lo descubierto, los ceros y unos con un orden excéntrico constituyen una lectura de toda la memoria de la FDS. Esta memoria del subsistema de datos de vuelo contiene su código, las instrucciones sobre su misión principal y un registro de las variables en su fuente que provocan un cambio en el comportamiento de la nave. La NASA ha expresado que ahora pueden comparar esas lecturas con las emitidas por la Voyager 1 antes de presentar el fallo para detectar discrepancias en el código fuente.
El trabajo requerirá tiempo. La comunicación con la sonda actualmente toma casi 45 horas debido a su posición, a más de 24 mil millones de kilómetros de la Tierra. Se necesitan 22.5 horas para emitir un diagnóstico y el mismo tiempo adicional para enviar una instrucción, incluso cuando las ondas viajan a velocidades similares a la luz. Es solo cuestión de algunas semanas más para que los expertos consigan corregir el enlace.
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Tanto la Voyager 1 como su hermana, la Voyager 2, son los módulos que más lejos han llegado en la historia de los viajes espaciales. Partieron de la Tierra en 1977 con el firme propósito de explorar el sistema solar exterior, visitar cada planeta y después emprender un viaje al espacio interestelar. Llevan consigo un disco de oro que contiene información sobre los seres humanos, la ubicación del planeta, las unidades de medida que se usan en la ciencia y características atmosféricas de la Tierra.
No es la primera vez que las naves enfrentan problemas para comunicarse con la Tierra. En 2023, la Voyager 2 también atravesó un periodo de silencio luego de que se le enviara un comando erróneo. Dicha anomalía desvió su antena principal hasta un punto donde no podía recibir señales de la NASA. Para resolver el inconveniente, los científicos recurrieron a un transmisor superpotente para obligar a la sonda a “voltear” hacia el planeta y recibir el código correcto. El proceso de confirmación fue complejo para el equipo. Tardaron 37 horas en comprobar si la nave funcionaba correctamente.
El vuelo consciente de las naves no será eterno. Ambas portan generadores termoeléctricos de radioisótopos con plutonio-238. En algún momento, esa batería se agotará y todos los servicios de las Voyager se apagarán. Lo único que llevarán son los discos de oro, que contienen toda la información relevante sobre la humanidad tal como era en 1970.