Durante las legislaturas LXIV y LXV del Senado de México, ha surgido un fenómeno de movilidad partidaria conocido como “chapulineo”, evidenciando constantes cambios de afiliación política entre los miembros de diversos grupos parlamentarios. Este dinamismo ha sido especialmente favorable para Movimiento Ciudadano y perjudicial para Morena.
Incluso en medio de la crisis sanitaria por la pandemia de covid-19, los legisladores han cambiado de partido, incluyendo a aquellos que, durante un lustro, han criticado a sus opositores.
La serie de movimientos y ambiciones políticas se ha manifestado en situaciones como la de César Cravioto, suplente de Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Cravioto, perteneciente a Morena, buscaba la candidatura para la alcaldía de Gustavo A. Madero, objetivo que se vio truncado debido a la imposibilidad del Senado de realizar una elección extraordinaria para permitir su participación al dejar vacante su escaño actual.
Asimismo, Ovidio Peralta, suplente de Javier May Rodríguez, se verá obligado a permanecer en el Senado, ya que sus planes de contender por la alcaldía de Comalcalco en Tabasco deberán esperar, manteniendo su presencia en la cámara alta mientras sus aspiraciones se posponen o se ven frustradas por las condiciones legales y electorales actuales.
En cuanto a la distribución de bancadas, desde 2018, Morena ha experimentado una disminución en su representación parlamentaria, pasando de 64 a 57 legisladores. Contrariamente, el PAN se redujo de 24 a 19 escaños, y el PRI de 15 a 11. Movimiento Ciudadano, por su parte, ha crecido significativamente, pasando de 7 a 13 legisladores, consolidándose como la tercera fuerza política en la cámara. Además, el PT ha mantenido seis senadores a pesar de pérdidas previas que luego recuperó.
Otros partidos también han sufrido cambios en su composición. El Partido Verde incrementó su presencia de cinco a siete senadores, mientras que el PRD vio reducidos sus escaños a la mitad, de seis a tres.
Entre los movimientos más recientes y controversiales, Claudia Balderas dejó Morena tras ser expuesta en redes sociales por conductas indebidas y se unió al PRI. Lucía Meza también abandonó Morena por diferencias internas, uniéndose al PRI para convertirse en precandidata de una coalición con PAN y PRD.
Los cambios partidistas han trascendido incluso en asuntos sensibles. Lilly Téllez, senadora por Sonora, tras enfrentamientos internos en Morena por temas como el aborto, se unió al PAN, siendo incluso considerada para una posible candidatura presidencial en 2024. Cecilia Sánchez, senadora petrolera de Morena, también cambió al PRI. Además, Germán Martínez solicitó licencia para unirse al gabinete presidencial como director del IMSS, renunciando más tarde para regresar al Senado y contribuir a conformar el Grupo Plural.
Estos cambios no son ajenos a otros partidos; Jorge Carlos Ramírez Marín, ex priista crítico con el gobierno actual, se unió al Partido Verde, y Nancy de la Sierra cambió del PT al Grupo Plural y posteriormente al PRI. Martha Márquez y Víctor Fuentes del PAN también cambiaron temporalmente de afiliación política, algunos regresando a su escaño original después de buscar aspiraciones políticas.