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Estados Unidos ha realizado con éxito, el lunes (hora local), la prueba de un interceptor con base en tierra (GBI, según sus siglas en inglés) mejorado, para derribar un misil balístico de alcance intermedio (IRBM), según informó su Ejército, en su intento de contrarrestar las crecientes amenazas de Corea del Norte, Irán y otros adversarios potenciales.
La Agencia de Defensa contra Misiles (MDA) del Pentágono dirigió la prueba del GBI, diseñado para interceptar un misil balístico en una fase intermedia de vuelo. El GBI es un elemento clave del sistema estadounidense de Defensa Terrestre Intermedia (GMD), destinado a defender a Estados Unidos contra ataques con misiles de alcance intermedio y largo.
El interceptor fue lanzado, el lunes por la mañana, desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California, en una prueba que, según la agencia, demostró la capacidad del GMD para “enfrentarse más rápidamente a las amenazas”.
La agencia destacó que el sistema GMD defiende a EE. UU. contra las amenazas de “naciones rebeldes, como Corea del Norte e Irán”.
El director de la MDA, el teniente general Heath Collins, dijo, en un comunicado, que el sistema GMD es de vital importancia para la defensa de EE. UU., y la prueba demuestra que siguen proporcionando capacidades mejoradas para la flota de GBI existente, mientras diseñan y entregan, de manera rápida, la tecnología avanzada del interceptor de próxima generación.
Fue la primera prueba de un GBI, de tres etapas, que funciona en modo de dos etapas, “lo que significa que se ordenó a la tercera etapa que no se encendiera y permitió la liberación más temprana del vehículo de destrucción, proporcionando enfrentamientos de menor alcance”, según la agencia.
Estados Unidos cuenta con un sistema global de defensa antimisiles estratificado, compuesto por el GBI y otros programas de interceptación para defender su territorio continental, sus fuerzas en el extranjero y sus aliados.
