Los transexuales podrán ser bautizados, tal y como reciben ese sacramento el resto de fieles. No hay más discusión. El Vaticano ha certificado esa posibilidad mediante un documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF) donde también se especifica que podrán ejercer como padrinos o madrinas de este sacramento pero “con condiciones”.
La CDF, el dicasterio de la Santa Sede que se ocupa de las cuestiones doctrinales y teológicas de la Iglesia católica, publicó el texto firmado el 31 de octubre por el Papa y su prefecto, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, para responder a las dudas sobre la participación en bautismos y bodas de personas transexuales y homosexuales planteadas por el obispo de Santo Amaro, José Negri.
La CDF plantea su respuesta asegurando que “un transexual que también se hubiera sometido a un tratamiento hormonal o a una intervención quirúrgica de reasignación de sexo puede recibir el bautismo con las mismas condiciones del resto de fieles”. Pero siempre y cuando “no haya situaciones en las que se dé el riesgo de generar escándalo público o desorientar a los fieles”, añade de manera algo vaga sin entrar en consideraciones más detalladas.
El documento profundiza también en el trabajo que hayan hecho previamente los chicos y chicas que vayan a recibir el sacramento. “En el caso de niños o adolescentes con problemáticas de naturaleza transexual, si están bien preparados y dispuestos, pueden recibir el bautismo”, señala.
El actual titular de la CDF, que claramente ha mostrado un mayor aperturismo que su predecesor, el cardenal español Luis Ladaria, también abre la puerta al bautismo para los hijos de parejas homosexuales. Preguntado acerca de si dos homosexuales podrían aparecer como padres de un niño bautizado, adoptado o nacido mediante vientre de alquiler, indica que “debe haber la fundada esperanza que será educado en la religión católica”.
El antiguo Santo Oficio aclara que estas respuestas -que sentarían un precedente canónico y deberán ser tomadas en consideración en todo el mundo- “reproponen, en buena medida, los contenidos fundamentales de lo que ya se había afirmado sobre esta materia en el pasado” por la Congregación, en referencia a un documento sobre la cuestión de diciembre de 2018. El documento justifica esta postura citando a Santo Tomás de Aquino o San Agustín y recuerda que el propio papa Francisco defiende que el bautismo “es la puerta que permite a Cristo establecerse en la persona” y que la Iglesia “no es una aduana sino una casa paterna donde hay lugar para todos”.
La aclaración que ofrece la CDF al obispo brasileño va más allá y también se refiere a otros papeles dentro de la Iglesia. “A determinadas condiciones, se puede admitir la tarea de padrino o madrina a un transexual adulto que también se hubiera sometido a un tratamiento hormonal o una intervención quirúrgica de reasignación de sexo”, reza el documento. Y agrega: “Sin embargo, no constituyendo eso un derecho, la prudencia pastoral exige que no se permita cuando se verifique un peligro de escándalo, de indebidas legitimaciones o de una desorientación en ámbito educativo de la comunidad eclesial”. Además, señala que “no hay nada en la vigente legislación canónica universal que prohíba a una persona transexual ser testigo de un matrimonio”.