“Consideramos esta gran escalada de la situación como una manifestación extremadamente peligrosa del círculo vicioso de violencia consecuencia directa del crónico fracaso del cumplimiento de las resoluciones de la ONU y su Consejo de Seguridad y el bloqueo de Occidente a la labor del Consejo de Seguridad”, ha apuntado la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova, en un comunicado.
En particular se ha referido al “bloqueo por parte de Occidente al trabajo del cuarteto de mediación internacional para Oriente Próximo en el que participan Rusia, Estados Unidos, la UE y la ONU.
“Pedimos a las partes palestina e israelí un alto el fuego inmediato, la renuncia a la violencia y la contención necesaria para la creación, con ayuda de la comunidad internacional, de un proceso de negociación para lograr la tan esperada paz integral y duradera para Oriente Próximo”, ha añadido.
Moscú ha recordado además su “posición coherente de los últimos 75 años de que no existe una solución que se pueda imponer por la fuerza”, sino que “se puede resolver exclusivamente por medios políticos y diplomáticos” en un proceso de negociación basado en “un estado palestino con las fronteras de 1967 y capital en Jerusalén Este que conviva en paz y seguridad con Israel”.
Las milicias del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) han lanzado este sábado más de 2.200 cohetes contra el sur de Israel y grandes núcleos urbanos como Jerusalén y Tel Aviv, acompañados de varias incursiones de cientos de milicianos en las localidades fronterizas de la Franja de Gaza.
La operación ‘Inundación de Al Aqsa’ ha costado por el momento la vida a 22 personas y 545 heridos en Israel. El Ejército israelí ha respondido de inmediato con un enorme despliegue aéreo, la operación ‘Espadas de Hierro’, en la que decenas de aviones de combate israelíes han alcanzado numerosos objetivos del movimiento islamista en el enclave. Por el momento se desconoce el número de palestinos muertos.