La Opinión de Miguel Valdez Aguirre. . . Se acaba el agua del subsuelo, desaparecieron de la vista los lagos que todavía están pintados en los mapas, están vacíos los presones donde abreva el ganado, desapareció el cultivo de temporal en una mancha que ya casi se extiende por toda la superficie del estado.
Los pozos de agua, sean para los millones de nogales que algunos ricos siembran en el semidesierto, para el ganado de carne suprema o para vender a algún revendedor que dé algunos pesos a los campesinos pobres, hasta los pozos de agua para el uso doméstico, deben ser más profundos cuando las bombas empiezan a sacar más arena que agua, hay que ir más abajo, hasta que se agoten los mantos freáticos.
Para calmar la histeria de los concesionarios, quienes tienen un certificado para aprovechar el agua de la lluvia, los ríos, las presas y los mantos, exhorto a dios a que llueva en Chihuahua.
Te exhorto a ti, dios de la lluvia de todas las culturas y de todos los tiempos, porque los humanos comunes culpamos de nuestros pecados contra natura a todos los gobiernos, a los concesionarios que se creen dueños de la vida y a los menonitas que no piden permiso para agujerar la tierra.
Lo hombres y mujeres somos capaces de quemar archivos, disparar balas, morir, encender furias, destruir instalaciones y faltar a los acuerdos con tal de adueñarnos del agua de todos; de tener campos de golf, albercas, tomas clandestinas para robarse el líquido; o, de perdida, consumir mucho tiempo bajo la regadera abierta mientras nos bañamos.
Te exhorto, dios de la lluvia, a que nos salves. A que hagas tú lo que no hacemos nosotros. Para que las autoridades, los concesionarios, los menonitas y la humanidad pecadora, sigamos en nuestras posiciones absurdas hasta que tengamos que emigrar cuando la seca se haga permanente.
Seguramente, como ahora, será culpa tuya, dios de la lluvia y del agua que nunca fue para todos.
Aun allá, en nuestro peregrinar para huir de la muerte seca, seguiremos culpándonos los unos a los otros.
Y yo, para no culparte a ti, poque no es bueno culpar a dios, te exhorto para que lluevas sobre Chihuahua.