La Opinión de Miguel Valdez.- Hubo una guerra entre México y Estados Unidos de 1846 a 1848. Perdimos más de la mitad del territorio porque Estados Unidos era más fuerte, no porque tuviera derecho.
El ejército norteamericano invadió el país y en el marco de esa guerra sucedió el enfrentamiento de algunos cadetes del Colegio Militar en el Castillo de Chapultepec, el 13 de septiembre de 1847.
El poderoso ejército invasor pidió rendirse al Colegio Militar. Algunos cadetes, estudiantes jóvenes de esa escuela de guerra, en lugar de rendirse, decidieron enfrentar al enemigo.
Así murieron Juan Escutia, Agustín Melgar, Juan de la Barrera, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez y Francisco Márquez, estos últimos de 14 y 13 años de edad.
¿Quién es responsable de su muerte?
Es un problema moral para los padres, los profesores y directores del Colegio Militar, para la sociedad entera. Nadie les dio permiso para ser héroes.
¿Se puede dar permiso a alguien para que viva y muera de esta manera?
¿Tienen qué pedir permiso los niños que migran, los que trabajan, los que mendigan o los que se suicidan? ¿Sucede esto o no queremos verlo?
Hay otro suceso más cercano. El 12 de abril de 1916, la joven parralense Elisa Griensen enfrentó a los soldados norteamericanos que buscaban a Villa por haber invadido Columbus. La siguieron mujeres y niños, quienes tiraban piedras a los soldados gringos. El general Tompkins ordenó a su ejército salir de Parral.
Es un orgullo que haya mujeres como Elisa Griensen y niños como los que la siguieron.
Afortunadamente no hubo muertos, pero ¿y si hubieran disparado contra ellos? Tendríamos otro problema moral y buscaríamos responsables en lugar de sentir orgullo por ellos.
Siempre el problema moral de la sociedad contra la decisión ética de las personas. El suceso se cuenta en varias versiones.
Otro suceso: En diciembre de 2019 inició en China la pandemia de COVID 19 que para 2020 se había extendido por todo el mundo. Murieron millones de personas. La muerte no pide permiso, aunque algunos moralistas buscan responsables en lugar de soluciones. Los sobrevivientes debemos razonar sobre mejores formas de vida saludable.
Un suceso actual: En septiembre de 2023, niños, niñas y adolescentes de Chihuahua inician el ciclo escolar sin libros de texto gratuitos, porque el gobierno del estado interpreta que los adultos deben tutelar los derechos de los niños, cree que el gobierno federal quiere manipular a los estudiantes y que los profesores son ignorantes o degenerados que no tienen criterio para hacer su trabajo.
Intento sacar conclusiones:
La muerte de 6 niños héroes en Chapultepec y el arrojo de los estudiantes de Parral, ambos hechos frente al ejército invasor norteamericano, nos pone frente al dilema de que hay actos heroicos en que niñas, niños y adolescentes han decidido arriesgarse, decidiendo por ellos mismos, sin pedir permiso a los adulto que quizá les hubieran impedido su heroísmo.
La pandemia, la migración, la desigualdad y la miseria nos hacen reflexionar que hay sucesos a los que hay que responder como sociedad.
La educación, que comprende sistema escolar, planes de estudio, libros de texto, etc., es un derecho de niñas, niños y adolescentes y NADIE puede quitarles ese derecho. Es de ellos, no nuestro.
Retener los libros, impedir que los niños tengan sus libros, es un crimen que ocasionará un daño mayor al de la pandemia.
Hay adultos que no quieran la educación con estos libros, con estos maestros y con este gobierno. Que no manden a sus hijos a la escuela, pero que no impidan el derecho de los demás.
Seamos responsables. Porque en este último suceso, sí hay responsables, sí se violan los derechos de niñas, niños y adolescentes que deben sobrevivir a esta tragedia, como héroes.