Moulay Brahim., Los sobrevivientes del terremoto más mortífero de Marruecos en décadas trataban ayer de encontrar comida y agua, mientras la búsqueda de desaparecidos continuaba en pueblos de difícil acceso. Las autoridades esperan que aumente el número de fallecidos, el cual subió ayer a 2 mil 100, además de 2 mil 421 heridos. La Organización de Naciones Unidas (ONU) afirmó que más de 300 mil personas resultaron afectadas.
El epicentro se ubicó unos 72 kilómetros al sudoeste de Marrakech, ciudad que atrae al turismo por sus mezquitas medievales, palacios y seminarios adornados con mosaicos de colores. Habitantes de las zonas dañadas se preparaban para pasar una tercera noche a la intemperie tras el sismo de magnitud 6.8 ocurrido la noche del viernes.
Marruecos declaró tres días de luto y el rey Mohammed VI pidió orar por los fallecidos.
Una réplica de 3.9 sobresaltó ayer a los marroquíes que oraban en las mezquitas.
Soldados llevaban suministros a poblados en Alto Atlas, mientras rescatistas intentaban llegar a las aldeas más afectadas de esa escarpada cordillera.
La Organización Mundial de la Salud, organismo de la ONU, indicó que más de 300 mil habitantes se han visto afectados por el terremoto en Marrakesh, las localidades circundantes y en Alto Atlas.
La razón del aumento del número de víctimas es que muchas zonas afectadas son de difícil acceso, explicó el representante del Ministerio de Sanidad, Mawlai Abdelmalek Mansuri, quien agregó que la situación en el sector sanitario es estable y las víctimas son atendidas.
En Alto Atlas está la aldea de Amizmiz, donde residentes miraban a los rescatistas usar una excavadora en una casa derrumbada.
Buscan a un hombre y a su hijo, que quizás estén vivos, comentó el vecino Hassan Halcouch. El equipo, finalmente, recuperó los cadáveres.
Los dos o tres próximos días serán críticos para encontrar a sobrevivientes entre los escombros, declaró Caroline Holt, directora de operaciones globales de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
En Moulay Brahim, 40 kilómetros al sur de Marrakech, los residentes describieron cómo habían sacado a los muertos de entre los escombros con sus propias manos.
Llevamos durmiendo dos días fuera. No hay comida. No hay agua. No tenemos electricidad. Lo único que queremos es que el gobierno nos ayude, declaró Yassin Noumghar.
Otros pobladores aseveraron que reciben alimentos de amigos y familiares de localidades cercanas a Moulay Brahim. Ayer se levantaron carpas improvisadas en una cancha de futbol.
Los residentes estaban envueltos en mantas tras pasar la noche a la intemperie, y rescataban colchones y ropa de entre los escombros.
Lo perdí todo. Sólo quiero alejarme del mundo y hacer mi duelo, lamentó Lahcen, un hombre cuya esposa y cuatro hijos murieron.
El pueblo de Tafeghaghte, a 50 kilómetros del epicentro, quedó casi destruido por el terremoto.
Tres de mis nietos (de 12, ocho y cuatro años) y su madre murieron. Todos están bajo las ruinas, contó Omar Benhanna.
Antier, muchos sobrevivientes de Tafeghaghte acudieron al cementerio para sepultar a unas 70 personas.
La provincia de Al Hauz, epicentro del sismo, fue la más golpeada, seguida de Tarudant, donde se informó que quedaron destruidas aldeas enteras.
Blinken ofrece apoyo
El secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, ofreció a su homólogo marroquí, Naser Burita, apoyo para organizar la respuesta humanitaria, informó el portavoz Matthew Miller.
España, Francia, Italia, Israel y Estados Unidos enviaron sus condolencias a Rabat y ofrecieron ayuda. Argelia, país vecino enemistado con Marruecos, abrió su espacio aéreo, cerrado desde hace dos años, a los aviones de ayuda humantaria.
La parte vieja de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sufrió graves daños y el derrumbe de una mezquita del siglo XII. Los pobladores estaban en las calles, temerosos de volver a sus casas.
Se trata del sismo más letal en Marruecos desde el ocurrido en 1960, que mató a 12 mil personas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
España envió ayer un equipo de 56 rescatistas y cuatro perros de búsqueda a Marrakech, tras recibir una solicitud formal de Rabat, y prepara un segundo avión.
El reino indicó ayer que acepta equipos de rescate de España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
Unas 100 brigadas con 3 mil 500 rescatistas de todo el mundo se registraron en una plataforma de la ONU y esperaban autorización de Rabat para partir, anunció Rescatistas Sin Fronteras. Alemania tenía un equipo de más de 50 cerca del aeropuerto de Colonia-Bonn, pero los envió a casa, pues el reino no autorizó su entrada.
Algunos marroquíes se quejaban en redes sociales de que el gobierno no permite más ayuda internacional.
Arnaud Fraisse, director de Rescatistas Sin Fronteras, denunció: hay gente muriendo bajo los escombros y no podemos hacer nada para salvarla.
En Francia, miembros de la comunidad marroquí ofrecieron más de 2 millones de euros que recaudaron. Mohammed VI ordenó abrir cuentas bancarias especiales para recibir donativos.