El piloto neerlandés Max Verstappen se llevó este domingo el Gran Premio de Italia, decimoquinta cita del Campeonato del Mundo de Fórmula 1, venciendo al otro coche del equipo Red Bull Racing, con el mexicano Sergio Pérez al volante, y quedando también por delante del español Carlos Sainz (Ferrari), inquilino del tercer puesto.
Sainz conservó ese “cajón” del podio frente a los arreones finales de su compañero de escudería, el monegasco Charles Leclerc. Hasta la última curva había dudas con respecto a la estrategia de Ferrari en el Autódromo Nacional de Monza, su casa por antonomasia.
“Sin riesgos”, le comentaron los ingenieros al Cavallino Rampante de Leclerc en la quincuagésima vuelta de las 51 programadas al circuito. Pero el monesgasco de todos modos lo intentó, obligando a que Sainz luciera su enésima defensa sobre el asfalto de Monza. Fue un ejercicio de resistencia para el madrileño, contra fuego amigo y enemigo.
Por detrás de los dos bólidos de Red Bull, podio número 16 en la trayectoria de Sainz en la F1, celebrando así su reciente cumpleaños. El regalo pudo ser incluso mayor, habiendo salido desde la pole position y liderando las 15 primeras vueltas. Al inicio de la decimosexta, se acabaron las concesiones de Verstappen, líder muy sólido del Mundial.
Beneficiándose de su DRS, el neerlandés rebasó sin remedio al madrileño; le costó dos intentos, pero Verstappen ya ponía rumbo hacia su décima victoria seguida, duodécima de este año en total. En la mitad del pelotón de coches, Fernando Alonso (Aston Martin) pugnaba con el británico Lewis Hamilton (Mercedes) y con el australiano Oscar Piastri (McLaren) por asegurarse algunos puntos.
En la vuelta 31, “Checo” Pérez adelantó a Leclerc y apuntó su mirilla, paulatinamente, hacia Sainz. Una decena de vueltas más tarde, Hamilton y Piastri protagonizaron un choque, con sanción para el inglés de acumular cinco segundos en meta cuando acabase la carrera. Y en ese embrollo, Pérez abrió las hostilidades en busca de la segunda plaza.
Hasta dos veces, en los giros 43 y 45, el mexicano se saltó la chicane del circuito y tuvo que devolverle posición a Sainz. Pero ya sí, en la vuelta 46, Pérez concretó su adelantamiento. Se intuía desde ese momento la pelea entre los monoplazas de Ferrari, con Leclerc al acecho de su compañero.
No obstante, ahí entró en escena la mejoría de Hamilton, cuya pelea por los puntos se mezcló con la del podio en una salida de boxes. Leclerc lidió con el heptacampeón del mundo y ese tiempo perdido favoreció a Sainz, que agarró con ganas el tercer lugar y dejó al del Principado con la amargura del cuarto puesto por sólo 0.184.
Novena plaza en meta para Alonso, ocupado en otros menesteres y viéndose frenado por los bólidos de Mercedes (5º y 6º), así como por el tailandés Alexander Albon (Williams, 7º) y por el británico Lando Norris (McLaren, 8º). Con ello, el asturiano salvó los “muebles” en un fin de semana discreto para el equipo Aston Martin.