Algunos dicen que se corrió la voz, otros más informados supieron por su perseverancia en escuchar las mañaneras. A pleno sol, con 35 grados, los pobladores esperaron el paso del Tren Maya en esta comunidad indígena, cuya vida está revolucionada por este proyecto y apenas viene la bonanza. En algún momento transitará este moderno ferrocarril, pero ayer su esperanza era saludar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Una expectativa poco anclada en la realidad porque la vía férrea está confinada con una reja interminable y la estación más cercana no tiene aún acceso, pero aguardaron por horas el milagro de poder verlo.
Guadalupe Euan se confiesa orgullosa de sus orígenes mayas; celebra que un personaje como López Obrador reivindique esa antigua civilización. En la plática relata ser ex trabajadora de Banrural, cuyos compañeros padecieron la embestida foxista contra la institución en los albores del siglo. Eran los años del predominio neoliberal.
Dos horas antes, desde la estación de Campeche, López Obrador zarpó en el primer recorrido de supervisión o la primera prueba dinámica del Jaguar rodante con un puñado de colaboradores, la élite de la Cuarta Transformación. Con ellos también iban los gobernadores de Yucatán, el panista Mauricio Vila –visiblemente entusiasmado con el proyecto– y el jalisciense Enrique Alfaro, quien se dio tiempo para acudir a conocer el Tren Maya, en medio de la pugna intestina de Movimiento Ciudadano, partido que lo llevó a la gubernatura.
La historia del primer trayecto de prueba del Tren Maya, originalmente planeada para una gran cobertura mediática que inconvenientes técnicos frustró, se conoció a través de una profusa difusión de mensajes en redes sociales de aquellos privilegiados en abordarlo.
Un video del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, reveló el ánimo en el gabinete: ¡Estamos de fiesta!, exclamó la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez.
Detrás de ella, las sonrisas de la canciller, Alicia Bárcena; de la secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores, y del Bienestar, Ariadna Montiel, corroboraron el ambiente festivo en el círculo cercano de López Obrador.
Un día para recordar, tanto que hasta los críticos del obradorismo se sumaron al festejo en redes: “muy agradecido con el presidente @lopezobrador por invitarme al primer recorrido del Tren Maya. La verdad es una obra impresionante que tendrá un impacto social enorme…”, escribió Alfaro.
El mensaje en redes lo ilustró con una foto en la que aparecen sonrientes Vila, Alfaro y López Obrador. Un impasse en la fragorosa batalla electoral.
Siempre proclive al proyecto, Vila también difundió el suceso en sus redes sociales, celebrando participar en este primer trayecto del Tren Maya con destino a la tierra que gobierna. Un proyecto que lo convirtió en el gobernador panista con la mejor relación con López Obrador.
Con grandilocuencia, la gobernadora de otra entidad con mayores proyecciones, Quintana Roo, Mara Lezama, lo definió como el tren de la justicia social, el de la prosperidad compartida. Este recorrido inicial concluirá el domingo en Cancún, donde López Obrador inaugurará obras complementarias.
En los vagones no sólo convivió la élite del gobierno federal con algunos opositores, también el magnate Carlos Slim disfrutó el momento. Carso Construcción es una de las empresas que está haciendo realidad una de las obras medulares del sexenio. También acudió Bernardo Gómez, de Grupo Televisa.
Fue un primer recorrido de hora y media para arribar a Hecelchakan a las 14:50, desde Campeche, donde el mandatario había dirigido el mensaje de su quinto Informe de labores.
Tito Lívio Euan es un ingeniero jubilado de origen maya que dedicó los últimos años de su vida laboral a la docencia en bachilleres. Con nombre de historiador romano, su trayectoria se colapsó con el gobierno de Ernesto Zedillo, en aquella gran crisis neoliberal que impactó en la obra pública. De ahí le viene su fe obradorista que le permite calificar de proyecto monumental al Tren Maya, cuyos beneficios para esta comunidad y para la entidad –asegura– serán extraordinarios.
Guadalupe tiene 69 años y vive de la crianza de gallinas de patio alimentadas con maíz orgánico. Confiesa su obsesión por informarse a través de las mañaneras porque en ellas López Obrador proyecta lo que es ser un buen hombre.
A pesar del auge petrolero en Campeche, ningún Presidente ha volteado a ver el sureste. Por eso, el Tren Maya es extraordinario porque en Campeche tenemos mucha historia, descendemos de mayas.
Prácticamente en Hecelchakan no hay voces disidentes del Tren.
Hacia el mediodía, a las inmediaciones en la estación de Campeche llegaron algunos pobladores de la comunidad de Seet Ka’an afectados por las obras, porque –afirman– les ha generado hundimiento e inundaciones en sus calles. Aunque llegaron con pancartas y gritos, sólo demandan medidas correctivas, pues no se oponen al proyecto, del cual también hablan con mucha expectativa.
A las 17:45 el tren reanudó su marcha con la misma comitiva con rumbo a la estación de Teya, en Mérida, donde concluyó sin novedades.
Cuando ya caía la noche, todavía decenas de personas que estaban en las inmediaciones salieron a aplaudir el primer recorrido del Jaguar rodante.