El viernes 28 de julio, el peso mexicano mostró una apreciación significativa frente al dólar, alcanzando su nivel más bajo desde diciembre de 2015. El dólar spot, referencia entre bancos, abrió en 16.67 pesos, proporcionando un nuevo récord en el actual sexenio.
Según reportes de Gaby Siller, economista mexicana, el peso tuvo una apreciación del 1.20%, es decir, 20.2 centavos, cotizando alrededor de 16.67 pesos por dólar. A lo largo de la mañana, el tipo de cambio osciló entre un máximo de 16,9486 y un mínimo de 16,6410 pesos por dólar, llegando a tocar un mínimo de 16,63, el nivel más bajo en los últimos siete años y medio.
En el transcurso del día, el peso mexicano se posicionó como la segunda moneda de un país de economía emergente con el mayor crecimiento frente al dólar en el mundo.
El crecimiento del peso mexicano durante el 2023 se atribuye, en gran parte, a la tasa de interés fijada por el Banco de México (Banxico), la cual ha permanecido hasta seis puntos porcentuales por encima de la tasa de Estados Unidos. Esta diferencia atrae a los inversores extranjeros, lo que fortalece la moneda nacional.
Además, las remesas enviadas por trabajadores mexicanos desde el extranjero han alcanzado récords, aumentando la cantidad de dólares que ingresan al país y contribuyendo a sostener el valor del peso frente a otras divisas internacionales.
Otro factor determinante ha sido el anuncio de inversiones de grandes empresas que se sintieron atraídas hacia México debido al fenómeno del “nearshoring” o relocalización. Estas compañías, provenientes de Asia y otras partes del mundo, eligen a México como destino para establecer plantas de producción o expandirse debido a su proximidad con Estados Unidos, lo que les permite aprovechar costos logísticos y de mano de obra más favorables.
No obstante, algunos economistas han advertido que el rápido crecimiento del peso puede tener efectos adversos, como la disminución de ingresos por exportaciones y turismo, la reducción de incentivos para inversiones futuras y el aumento de los costos pagados en dólares.
Por otro lado, las importaciones tienden a ser más económicos, lo que beneficia a los consumidores, y los pagos de deudas en dólares se vuelven menos onerosos. En general, la apreciación del peso representa un reto para la economía mexicana al equilibrar los beneficios y desafíos que conlleva su fortaleza frente al dólar.