Luego de 17 años en la industria del cuidado y el bienestar con una cadena de spas en Estados Unidos y México, Helle Jeppsson decidió innovar en el sector con tecnología y abrió una empresa de masajes a domicilio llamada Scape, la cual no sólo da beneficios a sus clientes sino que también ha generado más de mil empleos en 25 ciudades del país en sólo cuatro años.
Este modelo, contó Jeppsson, significó un cambio para la industria porque mejoró la atención de los clientes al permitirles disfrutar de mejor forma los beneficios de los masajes, y a las terapeutas les deja mayores ganancias y tiempo para dedicarlo a sus familias y su vida personal.
“El problema al que me afrontaba es que en la industria hay poca tecnología, sigue siendo un sector que se maneja sin mucha innovación”, dijo la CEO en entrevista con El Sol de México.
La idea surgió debido al nivel de cancelaciones que los spas tradicionales registran entre semana. De acuerdo con la empresaria, hasta 40 por ciento de las citas que se hacen para un spa de lunes a viernes se cancelan porque los clientes ya no tienen tiempo de llegar, por lo que se convierte en una actividad de fin de semana, principalmente.
“La gente sí quiere dedicarle tiempo a cuidarse, pero los servicios de spa, a diferencia de un servicio de belleza que no necesita mucho tiempo, requieren de tres a cuatro horas, entonces aunque la gente sí quiere, el servicio no les da tiempo”, comentó.
Así fue que nació Scape, de los comentarios de usuarios respecto a la falta de tiempo para trasladarse a un spa, tomar un tratamiento, ducharse y volver a casa.
Aunado a ello, el servicio a domicilio que Jeppsson lanzó resulta más económico, ya que elimina gastos de intermediarios y rentas, por ejemplo, por lo que un masaje tradicional de 60 minutos para una persona sale hasta en la mitad del precio.
Asimismo, la modalidad de servicio a domicilio le permitió a esta emprendedora ampliar sus horarios, pues mientras un spa tradicional cierra a las 6:00 o 7:00 pm, Scape ofrece atención hasta las 10:00 pm.
La CEO apuntó que en América Latina las personas que se dedican a esto trabajan por lo regular seis días a la semana en horarios completos, desde la mañana hasta la noche, por lo que muchas tienen una vida sacrificada y con sueldos bajos, de entre 300 y 350 dólares por mes como salarios base.
En Scape, donde el 92 por ciento del personal de terapia es mujer, los sueldos son cinco o seis veces mayores. Incluso dijo que hay masajistas que llegan a ganar hasta 70 mil pesos al mes, además de que trabajan a sus ritmos y eso les da tiempo para destinarlo a sus familias o a temas personales.
“También tienen un método de trabajo seguro, porque la app brinda información del cliente; la tecnología quita todo el factor riesgo que hay si decidieran anunciarse solas por otro medio”, destacó.
Scape funciona como muchas otras plataformas digitales de servicio que hay activas hoy en día, como las de transporte privado o delivery. Por medio de una app, el cliente solicita el masaje con hasta tres horas de anticipación, las terapeutas más próximas reciben la notificación y la que esté disponible toma el servicio.
Dentro de la app los usuarios, que hoy suman 85 mil, pueden evaluar el servicio, pero esto tiene un sentido más de control interno para continuar con mejoras, explicó Jeppsson.
La empresa también ha impulsado la formalidad. De acuerdo con la directiva, seis de cada 10 terapeutas en la región trabajan de manera informal, lo que las aleja de beneficios como los financiamientos y la seguridad social.
En el caso de Scape, las colaboradoras tienen acceso a financiamientos, acceso a capacitaciones y una cuenta que es donde reciben sus pagos, lo que las hace formales.
“Con esto sí les cambias mucho la vida. Es irrumpir en un sector que estaba acostumbrado a operar de una manera distinta”, subrayó la emprendedora.
De igual modo, la empresa da cabida a terapeutas con discapacidad visual para que crezcan profesionalmente.
Jeppsson y su socio comenzaron con este nuevo modelo de empresa de bienestar en la Ciudad de México porque tenían claro que la tecnología era fundamental para impulsar a su empresa.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) del Inegi, la penetración de internet en la capital del país es de casi 90 por ciento de la población.
La tecnología fue clave para el reclutamiento y capacitación de los terapeutas, ya que Jeppsson explicó que todo el trámite se hace en línea para poder ampliar la cobertura.
Hoy en día, Scape tiene presencia en 25 ciudades del país en donde se está profundizando el servicio, además de que este año comenzó su internacionalización.
La directiva contó que en enero de este año comenzaron operaciones en Colombia, donde tienen presencia en cuatro ciudades con alrededor de 200 masajistas.
Para agosto, la empresa incursionará en los mercados de Chile y Costa Rica, esto gracias al levantamiento de 1.3 millones de dólares en una ronda de inversión el mes pasado.
“Levantamos capital para la expansión internacional. Cuando ves que tienes un producto que funciona, en el que has invertido, y el capital para crecer resultaba un impedimento, fue que decidimos levantar recursos. Sentimos que podíamos crecer más rápido si aumentamos el equipo para darle estructura al negocio”, contó Jeppsson.
Scape también ha mirado a otros segmentos para su negocio, como es el caso del corporativo, donde ofrecen el servicio a empresas de todos tamaños para sus empleados.
“Evolucionamos de un enfoque de atención al cliente directo que pide masajes y faciales en su casa a trabajar el tema de bienestar corporativo en las empresas con Scape at Work, con el que ofrecemos entre 10 y 15 minutos de masaje a un trabajador, vestido, con una técnica llamada shiatsu, lo que equivale a un masaje de una hora en cama. Esto tiene un impacto físico en los empleados pero no les acortas la jornada”, explicó la directiva.
Hoy en día trabajan con unas 80 empresas que van desde grandes corporativos como Aeroméxico, hasta startups o pequeños negocios como almacenes.
Asimismo, la empresa ha realizado acuerdos con 60 hoteles de lujo para ofrecer el servicio de manera externa, lo que abarata costos para las empresas hoteleras e incrementa el negocio de Scape.
“Para un hotel, el tema del spa puede ser un dolor de cabeza porque son costos que les pegan en la utilidad, pero es un gasto forzoso porque los clientes asumen que deben tener spa. Nuestro servicio les quita el problema de invertir pero siguen ofreciendo este beneficio, es una parte del negocio que nos gusta mucho”, abundó.
El emprendimiento de Helle Jeppsson en el mundo del bienestar y la salud corporal se dio un tanto por casualidad.
Esta empresaria que nació y creció en España pero de padres nórdicos, tuvo claro desde muy pequeña que quería trabajar en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el desarrollo de la juventud, así que estudió un MBA en Europa y luego una maestría en Georgetown, en Estados Unidos, enfocada en este tema.
Esto la llevó a trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en el Banco Mundial, en áreas de desarrollo para la infancia en América Latina. Sin embargo, su hermana, que había viajado con ella a Estados Unidos para estudiar y después se asoció con dos americanos para abrir una cadena de spas, decidió regresar a Europa por una mejor oferta.
Fue así que Helle tomó el lugar de su hermana en la sociedad y terminó encantada con el proyecto luego de solo 10 días.
“¡Me encantaba! En mi cabeza quería trabajar en el banco, pero cuando iba a montar este concepto, que no sabía nada de emprender ni de spas, me levantaba a las 4:00 am feliz y con mil ideas. Pensé entonces que la vida es muy corta y a veces tu destino está en otro sitio”, contó.
Jeppsson destacó que tras su salida del banco seguía como socia de los spas pero trabajó seis años para Tous como directora de marca en Estados Unidos, lo que le enseñó todo acerca de ventas y expansiones: “esa fue mi escuela”.
Posterior a eso se dedicó de lleno al negocio que la motivaba, en el inter conoció a un mexicano que continúa siendo su pareja y fue así que decidió traer el concepto, primero físico, a México y abrir Scape en el país.
Pero tras la apertura de los masajes a domicilio llegó la pandemia que amenazó con llevar a la quiebra su recién inaugurada empresa. Ante este escenario tuvo que reinventarse así que firmó un acuerdo con la canadiense Lululemon para comercializar su ropa vía catálogo en territorio nacional.
Posterior a ello, Scape comenzó a crear sus propios productos como jabones, shampoos, cremas y velas aromáticas, entre otros, que las terapeutas usan en sus sesiones y además comercializan con sus clientes.
Al final, Helle Jeppsson asegura que terminó trabajando en lo que buscaba de pequeña, ya que el cuidado corporal es, dijo, fundamental para el desarrollo de las personas, además del beneficio que trae para sus colaboradoras.
“Me encanta esto que tiene que ver con bienestar, pero también el impacto social tan fuerte que tiene con las terapeutas. Al final cumplí con mi meta de hacer algo que tuviera un impacto”, concluyó.