REPORTERO2 
Por: Diego Contreras Rascón
Recientemente, un segmento del programa “Tragaluz” en Milenio se ha vuelto viral debido a la entrevista al expresidente Vicente Fox, quien sin reparo alguno afirma que la posible candidata del PAN-PRI-PRD podría eliminar los programas sociales establecidos por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es bien sabido que la oposición ha considerado desaparecer los programas sociales, pero escucharlo de manera tan abierta es impactante.
Las palabras del expresidente panista, Vicente Fox, han causado revuelo debido a la dureza con la que se refiere al pueblo mexicano, llegando a llamarlos “huevones”. Sin embargo, ¿acaso olvida que él también fue beneficiario de la pensión que otorgaba el Gobierno de Enrique Peña Nieto a los expresidentes, recibiendo la suma de 48 millones 942 mil 394 pesos? Hizo un gran escándalo cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó firmar el acuerdo que eliminaba las pensiones vitalicias para los expresidentes.
Esta forma de pensar de Vicente Fox no es nueva; siempre ha sido evidente y, de una forma u otra, resulta dolorosa. Por ejemplo, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia en 2018 y anunció el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, muchos jóvenes, incluyéndome, atravesaban dificultades para encontrar trabajo en sus áreas de estudio. Los medios de comunicación exigían a los recién graduados tener más de 30 años de experiencia, hablar cinco idiomas, además de latín y griego, y tener superpoderes. A pesar de contar con algo de experiencia gracias a prácticas en algunas empresas, los empleos eran mal remunerados.
Gracias al Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, logré entrar a un medio de comunicación importante, siendo uno de los primeros jóvenes en acceder a través de este programa. Luego, muchas otras empresas de comunicación optaron por esta vía para contratar a más jóvenes y aumentar sus equipos de reporteros. Las ventajas eran numerosas; la empresa proporcionaba el espacio y el Gobierno Federal remuneraba a los jóvenes y les brindaba seguro médico por un año.
Durante ese tiempo, realicé diversas tareas; no solo escribía las 10 notas que solicitaba el medio, sino que me esforzaba más porque amaba mi trabajo y estaba viviendo mi sueño. Sin embargo, como en cualquier medio de comunicación, había que hacer entrevistas. No saben cuánto me enfadaba cuando políticos del PAN y PRI acudían a las entrevistas y despotricaban contra los programas federales, incluso apodando a los jóvenes del programa como “ninis”. Mucha gente comenzó a estigmatizarlos de esa manera, tanto que conozco jóvenes que ocultan haber sido parte del programa.
Cada semana, algún funcionario asistía y hablaba mal de los jóvenes, y yo, estando detrás de las cámaras y micrófonos, debía soportar esas expresiones sin poder acercarme y decirles que yo era uno de esos jóvenes del programa y no un “nini”. Llegaba temprano, cumplía con las diez notas como cualquier reportero, además de manejar diversas fuentes y operar el dron de la empresa. Hacía más de lo que la empresa exigía a los reporteros contratados.
Es fácil para Vicente Fox, Maru Campos, Georgina Bujanda, Omar Bazán, entre otros miembros de la del PAN y el PRI, nacionales y locales, hablar desde su comodidad. Miles de jóvenes y no tan jóvenes no han tenido las oportunidades que ellos sí han tenido. Son ellos y su forma de denostar al pueblo lo que ha llevado a que, en cinco años, más mexicanos y mexicanas abran los ojos, tal como yo lo hice en las urnas en 2018 al buscar votar por un cambio y mi voto no me falló. Es su forma de hablar y expresarse es la que ha llevado a miles de mexicanos y mexicanas a definirse como de izquierda y a luchar para que el pueblo sea primero, y nunca más ellos.
