El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha prometido tomar medidas drásticas para poner fin a la violencia de las pandillas en el país después del asesinato de un valiente policía en el departamento de Chalatenango, envió a la zona más de 5 mil militares y policías para atraparlos.
“Este cobarde asesinato no quedará impune. Los haremos pagar caro lo que hicieron”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter.
Buekele instaló un cerco militar en la zona del homicidio. Para buscar a los responsables, se mandaron más de 5 mil militares y policías para atrapar a la pandilla que mató al oficial de la Policía Nacional Civil.
“Desde la madrugada, establecimos un cerco de seguridad alrededor del municipio de Nueva Concepción, [departamento norteño de] Chalatenango, con más de 5,000 elementos” de las fuerzas armadas y 500 de la policía para atrapar a los responsables del crimen, informó el mandatario en redes sociales.
El agente perdió la vida mientras patrullaba en Nueva Concepción, en Chalatenango, a manos de pandilleros que lo atacaron. Este trágico suceso marca la cuarta muerte de un oficial desde que Bukele inició su “guerra” contra las pandillas hace 14 meses, y el primer incidente de este tipo en lo que va del año, según informó el diputado Guillermo Gallegos.
Después del asesinato, las autoridades detuvieron a un presunto pandillero en el lugar. El presidente Bukele dejó claro que tomará medidas enérgicas contra los asesinos y sus colaboradores, asegurando que los llevará a la justicia y no permitirá que salgan de prisión jamás.
A pesar de las críticas de los grupos de derechos humanos y la Iglesia Católica sobre los métodos utilizados por Bukele para combatir a las pandillas, una amplia mayoría de nueve de cada diez salvadoreños respalda su cruzada, según las encuestas. El enfoque del presidente ha devuelto un ambiente de seguridad en las calles del país.
“Que sepan todas las ONGs de “derechos humanos”, que vamos a arrasar con estos malditos asesinos y sus colaboradores, los meteremos en prisión y no saldrán jamás”, sentenció en redes sociales el mandatario.
Horas después del trágico suceso, la Asamblea Legislativa aprobó, con una amplia mayoría de 67 votos a favor de un total de 84, la prórroga del régimen de excepción que permite los arrestos sin orden judicial, una herramienta fundamental en la “guerra” contra las pandillas liderada por Bukele. Esta prórroga se mantendrá en vigor hasta el 15 de junio.
El régimen de excepción fue inicialmente declarado por el parlamento a solicitud de Bukele en respuesta a una escalada homicida que cobró la vida de 87 personas en marzo de 2022, en un intento de erradicar la violencia pandillera.
Desde la implementación del régimen de excepción, se han detenido a 68,720 individuos supuestamente vinculados a pandillas. Sin embargo, el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, informó que alrededor de 5.000 de ellos han sido liberados al no encontrarse pruebas suficientes de su vinculación con estas bandas delictivas.
Además, se ha creado una fuerza de tarea para investigar las denuncias de muertes de personas inocentes en las cárceles, presentadas por organismos de derechos humanos.
El país se encuentra en un momento crucial, enfrentando el desafío de erradicar la violencia de las pandillas sin comprometer los derechos humanos.
El debate sobre los métodos utilizados por el presidente Bukele y el apoyo mayoritario de la población a sus acciones continúa generando polémica en El Salvador. El futuro de la lucha contra las pandillas y la garantía de los derechos fundamentales se mantienen en un delicado equilibrio en el país centroamericano.