Este 9 de abril se celebra la Pascua, festividad que celebra la resurrección de Jesucristo. Por muchos años, los huevos han sido relacionados con esta festividad. Éstos han sido reconocidos como símbolo de renacimiento y fertilidad, por lo que no es de sorprender su relación con la Pascua, incluso a veces se les llama “huevos de resurrección”.
No obstante, el origen de esta tradición puede no estar relacionado con una de las festividades más importantes dentro de la Iglesia católica.
Carole Levin, profesora de historia y directora del programa de estudios medievales y renacentistas de la Universidad de Nebraska, dijo a TIME: “Muchos eruditos creen que la Pascua tuvo sus orígenes como un festival anglosajón temprano que celebraba a la diosa Ostara y la llegada de la primavera, en cierto sentido, una resurrección de la naturaleza después del invierno”.
Como ha pasado con muchas otras tradiciones “paganas”, estas fueron incorporadas al cristianismo por los misioneros que esperaban celebrar los días santos al mismo tiempo. De acuerdo con Levin, los huevos eran parte de la celebración de la Pascua: “Aparentemente, los huevos se comían en el festival y posiblemente también se enterraban en el suelo para estimular la fertilidad”.
Otra teoría sobre el origen de los huevos de Pascua señala que éste puede estar relacionado con el ayuno practicado en los días santos. Debido a que no se podía comer carne ni algún producto animal, los huevos eran guardados para ser repartido una vez pasados los días santos, es decir, en el día de Pascua.
Según el libro The Stations of the Sun: A History of the Ritual Year in Britain de Ronald Hutton, una de las primeras pruebas de huevos teñidos en la historia británica se remonta a 1290, cuando la casa de Eduardo I compró 450 huevos para colorear o cubrir con pan de oro para distribuirlos entre “el séquito real” para Pascua (vía TIME). El libro también menciona que dos siglos después, el Vaticano le envió a Enrique VIII un huevo encerrado en una caja de plata como “regalo de temporada”.
Por otro lado, los residentes de los pueblos ingleses del siglo XIII regalaban huevos de Pascua a sus señores feudales cada día festivo, y los huevos también se convirtieron en lo que la gente le daría a la iglesia como ofrenda especial el Viernes Santo. Fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando los huevos de Pascua teñidos se convirtieron en algo para regalar a los niños.
Pronto se originó la búsqueda de huevos de Pascua. La primera vez que se realizó en la Casa Blanca fue en 1876. Las clases trabajadoras comenzaron a adoptar estas tradiciones con sus familias en la primera mitad del siglo XX.