Por: Diego Contreras
“No somos de derecha, ni de izquierda: somos del norte”. Este es el lema con en el que funcionarios del Partido Acción Nacional buscan reconquistar al electorado, hacerse cercanos al pueblo.
En el tema de la comunicación, para que una persona sea congruente y su mensaje suene honesto debe cumplir con tres factores; que lo que hable, piense y haga sea lo mismo, y es aquí donde este lema suena hipócrita, pues en los hechos, sus pensamientos clasistas y elitistas son disfrazados por esas frases huecas.
Como ejemplo, están las declaraciones del diputado Ismael Rodríguez, quien afirmó que el Torneo de la Amistad servirá para que los pobres vendan burritos y aguas a los asistentes. En dicho torneo deportivo participarán alumnos de escuelas privadas de México y otras partes del mundo. La gobernadora Maru Campos y el alcalde Marco Bonilla invertirán 100 millones de pesos en la Deportiva Sur con el objetivo de llevar a cabo dicho evento.
Es esta la “igualdad” que busca el Partido Acción Nacional. En Chihuahua sí existen divisiones, existe una geografía política creada y marcada por los pensamientos, acciones y comentarios clasistas de partidos de derecha y empresarios. La resistencia a ese clasismo da sentido a los movimientos de izquierda, pues estos sienten la desigualdad.
Los proyectos del Gobierno Municipal de Chihuahua están enfocados en beneficiar a la clase privilegiada y los empresarios de Chihuahua. Era común escuchar a Maru Campos hablar de que existen dos Chihuahuas, el Chihuahua del norte y el del sur. Sin embargo, el actual alcalde Marco Bonilla se ha encargado de acrecentar esta brecha.
El Chihuahua del norte sólo comprende al Periférico de la Juventud, lugar que cualquiera que no conociera el municipio lo viera en fotos, pensaría que Chihuahua es una ciudad que compite en infraestructura con la Ciudad de México, Nuevo León, Puebla o Querétaro.
Para el plan de desarrollo municipal, todas las obras como cambio de luminarias a led, recarpeteo, creación de calles y avenidas, sólo comprende a este pequeño espacio de la ciudad, la población que no se ubica en este espacio tiene que maniobrar su día entre inseguridad, baches, abusos por parte de las autoridades y el menosprecio de la clase política y empresarial, quienes con la visión errada deciden desde sus escritorios que es bueno para la población.
En Chihuahua sí existe la gente de izquierda, gente que a diario busca el bienestar común sobre el propio, gente con espíritu nacionalista y de identidad, ese tipo de gente que no es bien vista por el gobierno en turno, pues no se adaptan a las políticas entreguistas de los gobiernos de derecha, misma que trabaja para pagar favores a los privilegiados que pagaron sus campañas.
La gente de izquierda se convierte en ese agente cancerígeno y de cambio contra el pensamiento de derecha, que como cualquier cáncer si no se atiende, crece. El gobierno sintió los síntomas, más no les tomó importancia, ese cáncer contra los privilegios ha crecido y seguirá creciendo, el PAN tiene contados sus días por cegarse y no ver las verdaderas necesidades de sus gobernados.